window._taboola = window._taboola || []; var taboola_id = 'mycodeimpremedia-laopinion'; _taboola.push({article:'auto'}); !function (e, f, u, i) { if (!document.getElementById(i)){ e.async = 1; e.src = u; e.id = i; f.parentNode.insertBefore(e, f); } }(document.createElement('script'), document.getElementsByTagName('script')[0], '//cdn.taboola.com/libtrc/'+ taboola_id +'/loader.js', 'tb_loader_script'); if(window.performance && typeof window.performance.mark == 'function') {window.performance.mark('tbl_ic');}

Los infartos son menos graves por la noche, esta es la razón

Científicos han desarrollado una estrategia farmacológica que busca mantener a los neutrófilos en un estado "nocturno" durante un infarto

Los infartos son menos graves por la noche, esta es la razón

Señales de posible ataque al corazón. Crédito: Motortion Films | Shutterstock

Un estudio reciente del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), en España, liderado por Andrés Hidalgo revela que los infartos cardíacos que ocurren durante la noche son menos graves en comparación con los que suceden durante el día.

Esta diferencia se atribuye a la conducta de los neutrófilos, un tipo de glóbulo blanco que muestra menor agresividad durante la noche.

La investigación fue publicada originalmente en el Journal of Experimental Medicine y replicada en EFE Salud.

Ritmos circadianos y daño cardíaco

Investigaciones realizadas en el Hospital 12 de Octubre, en Madrid, indican que la actividad de los neutrófilos, y su consecuente daño cardíaco, fluctúa a lo largo del día. Por la noche, estos glóbulos blancos migran al área del infarto con mayor precisión, causando menos daño en el tejido sano circundante.

Explican que, dado que los humanos son diurnos, la probabilidad de exposición a patógenos es mayor durante el día y, por lo tanto, el sistema inmunológico ajusta sus picos de actividad a este ritmo circadiano, pero esa respuesta defensiva puede volverse dañina.

Los científicos han desarrollado una estrategia farmacológica que busca mantener a los neutrófilos en un estado “nocturno” durante un infarto. Esto se logra mediante un nuevo compuesto que imita un factor que el cuerpo produce principalmente de noche, lo que reduce su actividad dañina.

“De alguna manera, este factor ‘engaña’ a los neutrófilos para que piensen que es de noche, reduciendo su actividad tóxica”, explica Hidalgo.

Implicaciones futuras para la terapia

El hallazgo es pionero en la exploración de terapias que aprovechen los ritmos circadianos para auxiliar en el manejo de la inflamación en el corazón.

Este enfoque podría no solo minimizar el daño durante infartos, sino también mejorar las respuestas inmunológicas ante ciertos patógenos, abriendo posibilidades para la cronobiología como método terapéutico eficaz.

Los autores del estudio sugieren que estos resultados tienen el potencial de transformar tratamientos en cardiología y otras áreas, proporcionando un enfoque innovador que protege órganos del daño inflamatorio sin debilitar las defensas naturales del organismo.

Factores que influyen en la gravedad de un infarto

Varios factores como la edad, el sexo, las comorbilidades y el tipo de infarto influyen en la gravedad más allá de la hora del día. Estos elementos afectan el tamaño de la necrosis, el pronóstico y la mortalidad hospitalaria.

Factores de riesgo principales. La hipertensión arterial, diabetes mellitus, tabaquismo, obesidad y antecedentes de enfermedad cardiovascular se asocian fuertemente con mayor incidencia y severidad del infarto agudo de miocardio. Estos factores generan una sobrecarga cardíaca que empeora el pronóstico, con odds ratios elevados para complicaciones como insuficiencia cardíaca o eventos isquémicos.

Edad y sexo. Los hombres presentan infartos con elevación del ST más frecuentemente (odds ratio de 10,3), mientras que las mujeres muestran mayor prevalencia en edades extremas y comorbilidades. La edad avanzada (>65 años) incrementa la mortalidad por encima del 30%, independientemente del sexo, y predice peor supervivencia a largo plazo.

Tipo y características del infarto. El infarto con elevación del ST y localización anterior resultan en mayor tamaño necrótico y peor evolución, medido por picos de troponina o fracción de eyección ventricular. Complicaciones como choque cardiogénico, insuficiencia cardíaca (Killip ≥3) o perfusión microvascular deficiente actúan como predictores independientes de mortalidad.

Otros predictores inflamatorios. Marcadores como TNF-α elevado a las 48 horas o carga inflamatoria alta predicen eventos isquémicos y cardíacos con odds ratios ajustadas significativas. La presencia de arritmias malignas o daño miocárdico adicional también agrava el curso clínico.

Riesgos de la manipulación de respuestas inmunitarias

La manipulación de respuestas inmunitarias basada en ritmos circadianos implica alterar los ciclos naturales del reloj biológico para modular la inmunidad, como en terapias cronomoduladas. Esto puede potenciar tratamientos contra infecciones o cáncer, pero conlleva riesgos significativos derivados de desequilibrios fisiológicos.

Riesgos inmunológicos. Alterar ritmos circadianos reduce la eficacia de anticuerpos, como se vio en respuestas vacunales más débiles en trabajadores por turnos. Aumenta la susceptibilidad a infecciones y debilita la vigilancia contra células cancerosas.

Enfermedades autoinmunes. La disrupción exacerba condiciones como lupus o artritis reumatoide al desregular la inflamación y funciones inmunitarias. Provoca respuestas inflamatorias anormales que favorecen autoinmunidad.

Efectos sistémicos. Genera trastornos metabólicos, neurológicos y cardiovasculares por desincronización general. En infecciones, patógenos pueden explotar estos cambios para manipular al huésped.

También te puede interesar:

En esta nota

glóbulos blancos Infarto Cardíaco noche sistema cardiovascular terapia
Contenido Patrocinado