El sobrepeso y la obesidad son graves problemas de salud que exceden lo estético: cómo identificarlos y tratarlos con éxito en una dieta saludable a largo plazo

El sobrepeso y la obesidad forman parte de los padecimientos de salud más peligrosos para la sociedad actualmente, son ocasionados por una alta cantidad de grasa corporal que conduce a un significativo aumento de peso que se deriva en dichas condiciones. Más allá de un enfoque superficial y estético, el sobrepeso y la obesidad reducen significativamente la calidad de vida y aumentan los riesgos de sufrir graves afecciones que deterioran la salud, entre las principales se encuentran las siguientes:

• Diabetes tipo 2
• Enfermedad coronaria
• Cáncer (endometrio, mama y colon) 
• Hipertensión (presión arterial alta)
• Dislipidemia (altos niveles de colesterol y triglicéridos) 
• Accidentes cerebrovasculares
• Enfermedades en el hígado y la vesícula
• Apnea de sueño y problemas respiratorios
• Artrosis (es la degeneración del cartílago y el hueso subyacente de una articulación)
• Problemas ginecológicos (infertilidad y menstruaciones irregulares)

Existen tres factores importantes para determinar si la grasa corporal de una persona aumenta el riesgo riesgo de presentar enfermedades de salud relacionados con el sobrepeso y la obesidad:

1. Índice de masa corporal (IMC): Este es uno de los parámetros más importantes y utilizados para determinar si una persona tiene sobrepeso, utiliza la estatura y el peso para calcular la grasa corporal. La medición de inicia a partir de 25 y puede llegar hasta casos de obesidad de alto riesgo que son mayores a los 40. 
2. Circunferencia de la cintura: Especialistas en salud han establecido que las mujeres con medidas mayores a los 89 cm de cintura y los hombres con mayores medidas a los 102 cm, tienen un aumento en el riesgo de padecer enfermedades del corazón y diabetes tipo 2. 
3. Factores de riesgo y condiciones particulares de cada persona: Un factor de riesgo aumenta la probabilidad de padecer ciertas enfermedades, entre los principales focos rojos se encuentran: padecer problemas de presión arterial, padecer altos niveles de colesterol, triglicéridos y glucosa en sangre, llevar una vida sedentaria y el tabaquismo. 

Es normal que el estilo de vida que llevamos actualmente en el cual vivimos demasiado de prisa, con altos niveles de estrés, una alimentación deficiente y un estilo de vida sedentario, nos lleve a crear malos hábitos y costumbres que se derivan altas probabilidades de padecer sobrepeso, obesidad y numerosas enfermedades crónico-degenerativas. Sin embargo no todo esta perdido, crear buenos hábitos alimenticios a largo plazo es el mejor camino para una vida saludable y llena de energía. 

Alimentación saludable, vida saludable

Es normal sentirse desesperado cuando se trata de perder peso y esto nos lleva a probar todo aquello que este de moda que nos prometa buenos resultados. Sin embargo un verdadero estilo de vida saludable va de la mano con muchas desiciones, cambios de hábitos, costumbres y sobretodo de mentalidad. Para empezar es importante entender el significado real de un plan de alimentación saludable, según las Guías Alimentarias para los Estadounidenses un buen plan debe tomar en cuenta los siguientes rubros:

• Priorizar la importancia del consumo de  frutas, verduras, cereales integrales, leche y los productos lácteos sin grasa. 
• Incluir carnes magras, aves, pescado, frijoles, huevos y nueces. 
• Se enfoca en evitar el consumo de grasas saturadas, grasas trans-colesterol, sal (sodio) y azúcares agregadas.
• Respeta los rangos de necesidades calóricas diarias. 

Normalmente un plan de alimentación saludable para controlar el peso, incluye una variedad de alimentos que no estamos acostumbrados a integrar en nuestra dieta. Uno de los grandes tropiezos cuando cambiamos nuestro tipo de alimentación se encuentra en que nos concentramos en aquellos alimentos que no podemos comer; sin embargo ¿Qué pasa si cambiamos la fórmula? Y nos concentramos en aquellos alimentos que son novedosos  ¡Que si podemos comer! 

1. Frutas frescas: No limitemos nuestro mundo pensando en manzanas y bananas, existen extraordinarias opciones de frutas exóticas y deliciosas como puede ser el kiwi, el mango, la piña, entre muchas otras. Una buena recomendación es siempre consumir frutas de temporada, estarán en su punto y captaremos mejor sus nutrientes. También puedes optar por frutas congeladas o deshidratadas, evita las que vienen en presentaciones enlatadas tienen mucha azúcar y jarabes adicionales. 
2. Verduras frescas: Por supuesto que las verduras son indispensables en la base de una alimentación saludable, aprovechemos la inmensa riqueza vegetal que tenemos al alcance. Integra opciones nuevas, se creativo y prepara las verduras de manera diferente agrega condimentos y hierbas, cocínalas al vapor, a la parrilla , al horno y evita agregar mantequilla o crema.
3. Alimentos ricos en calcio: Por supuesto que la leche y los quesos bajos en grasas son una buena alternativa para aumentar el consumo de calcio, también puedes considerar las variantes de yogurts bajos en grasa sin azúcares añadidos son deliciosos y una buena opción de colación o sustituto de postre. 
4. Nuevas versiones de un viejo conocido: No te esclavices puedes seguir comiendo tus recetas favoritas, una buena idea es sustituir las técnicas de cocción, por ejemplo: si tu platillo favorito lleva pescado frito o pollo empanizado cambia a preparaciones a la plancha o a la parrilla. 

Recuerda que las bases de una alimentación saludables se basan en el equilibrio, es sano que continúes disfrutando de tus comidas favoritas (sin importar su aporte calórico), siempre que sea de vez en cuando y equilibrarlo con más alimentos saludables y actividad física. Todo se trata de ser constante y crear un verdadero cambio de costumbres, que te lleven a tomar las mejores desiciones de salud siempre.