Se dispara infección del COVID-19 en lugares de trabajo del condado de LA por falta de supervisión
Los trabajadores de primera línea se organizarán para monitorear el contagio del coronavirus en sus empleos.
Por voto unánime, la junta de supervisores de Los Ángeles aprobó el martes una moción que pide crear juntas o concilios de salud pública en el lugar de trabajo.
La moción, presentada por los supervisores Sheila Kuehl y Mark Ridley-Thomas, espera ampliar la supervisión del cumplimiento de las órdenes de los oficiales de salud del condado en el lugar de trabajo para reducir la transmisión del COVID-19.
Esto se logrará utilizando a los trabajadores como primeros reporteros en casos de incumplimiento con el objetivo de detener cualquier brote potencial y expandir la capacidad del Departamento de Salud Pública.
También permite que el departamento certifique a organizaciones externas de trabajadores y comunitarias, que serán responsables de ayudar a los consejos de salud pública con educación, asistencia técnica, y rastrear e informar cualquier caso de incumplimiento.
Los datos del Departamento de Salud Pública del Condado de Los Ángeles muestran que los lugares de trabajo se han disparado como sitios de brotes de COVID-19 desde su reapertura.
El martes por la mañana docenas de trabajadores y activistas, quienes se reunieron en caravana poco antes de la votación, reconocieron el esfuerzo de los trabajadores esenciales y agradecieron a los supervisores Kuehl y Ridley-Thomas por su apoyo.
Robert Nothoff, director de políticas de Los Ángeles County Federation of Labor, AFL-CIO, dijo que el lugar de trabajo es fundamental cuando se trata de salud pública y los trabajadores están en una posición única para ser los campeones, cuando se trata de controlar el coronavirus.
“Y así, simplemente, cuando los trabajadores están comprometidos, el público está más seguro”, indicó Nothoff.
Celebración a la distancia
María Hernández, empleada de una tienda Ralphs en el centro de Los Ángeles, apoyó y celebró desde su hogar la creación de las juntas de salud pública en el trabajo.
Hernández dijo que no pudo asistir a la caravana ya que continúa recuperándose después que fuera diagnosticada positiva del COVID-19 el primero de junio. Agregó que ya se ha realizado dos exámenes posteriores a su diagnostico y continúan saliendo positivos.
Ella indica que pese a tomar todas las precauciones necesarias en casa, en el trabajo no estaba tan a salvo.
“En el trabajo no nos daban guantes, ni máscaras, ni desinfectante de manos”, contó la empleada. “Los que éramos del grupo de la noche estábamos más desprotegidos”.
Añadió que en una ocasión la compañía mandó máscaras para que el director de la tienda entregara dos a cada empleado, pero no lo hizo. Las guardó en su oficina y los empleados tenían que ir a pedirlas.
Hernández dijo que a ella le preocupó el hecho de que los supervisores de la tienda no impusieron una orden de cuantos clientes deben dejar entrar para hacer sus compras a la vez. Tampoco exigen a ningún trabajador previamente infectado con el COVID-19 una carta del doctor comprobando que ya es negativo.
“Uno no sabe la condición de los trabajadores, pueden ser positivos y aun así regresar a trabajar”, añadió Hernández.
La empleada de la compañía por más de 25 años dijo que desde que se infectó no ha recibido ninguna llamada de sus supervisores para saber si esta bien o no.
Nothoff dijo que el Departamento de Salud Pública del Condado hizo una inspección de negocios a mediados de junio y descubrieron que más de la mitad no están cumpliendo con las órdenes de salud pública.
“Eso es bastante aterrador cuando considera la rapidez con que se propaga este virus. Todas las violaciones deben registrarse lo antes posible”, dijo Nothoff.
Es por eso que la mejor opción que han encontrado para monitorear que se sigan las órdenes e informar sobre las violaciones del condado son con los propios trabajadores.
El supervisor Ridley-Thomas dijo que los héroes anónimos de nuestra fuerza laboral esencial mantienen la economía a flote durante esta crisis del coronavirus. “Debemos aprovechar los recursos de aplicación del Departamento de Salud Pública para abordar las preocupaciones de seguridad de los trabajadores, especialmente aquellas vinculadas a la posible propagación de COVID-19, de manera oportuna y ágil”, indicó.
La Junta de Supervisores espera un reporte actualizado de esta moción por parte del Departamento de Salud Pública en dos semanas.
La moción fue apoyada por una coalición de afiliados laborales como UFCW 770, SEIU 721 y centros de trabajadores como Clean Carwash, KiWA y muchos otros.