Un día de oscuridad para España: más de 190 personas murieron en un ataque a trenes en el 2004
El 11 de marzo de 2004, 193 personas murieron y casi 2.000 resultan heridas cuando 10 bombas estallaron en cuatro trenes en tres estaciones de tren del área de Madrid durante una concurrida hora punta de la mañana.
Inicialmente se sospechó que los ataques, los más mortíferos contra civiles en suelo europeo desde el atentado con bomba en el avión de Lockerbie en 1988, eran obra del grupo militante separatista vasco ETA.
Pronto se demostró que esto era incorrecto, ya que se acumularon pruebas contra un grupo militante islamista extremista vagamente vinculado, pero que se pensaba que trabajaba en nombre de, al-Qaeda.
Los investigadores creen que todas las explosiones fueron causadas por artefactos explosivos improvisados que se empacaron en mochilas y se subieron a bordo de los trenes.
Los terroristas parecen haber tenido como objetivo la estación de Atocha de Madrid, en o cerca de la cual detonaron siete de las bombas.
Las otras bombas fueron detonadas a bordo de trenes cerca de las estaciones de El Poso del Tío Raimundo y Santa Eugenia, muy probablemente debido a retrasos en los viajes de los trenes en su camino a Atocha. Otras tres bombas no detonaron como estaba previsto y luego se encontraron intactas.
Muchos en España y en todo el mundo vieron los ataques como una represalia por la participación de España en la guerra de Irak, donde estaban estacionados unos 1.400 soldados españoles en ese momento.
Los ataques tuvieron lugar dos días antes de unas importantes elecciones españolas, en las que los socialistas pacifistas llegaron al poder. El nuevo gobierno, encabezado por el presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, retiró las tropas españolas de Irak, y las últimas abandonaron el país en mayo de 2004.
El 2 de abril se intentó un segundo atentado contra una vía del tren AVE de alta velocidad, pero fracasó. Al día siguiente, la policía española vinculó a los ocupantes de un apartamento en Leganés, al sur de Madrid, con los ataques.
En la redada que siguió, siete sospechosos se suicidaron y un agente de las fuerzas especiales españolas detonaron bombas en el apartamento para evitar su captura por parte de las autoridades. Se cree que otro atacante murió en los atentados de trenes y 29 fueron arrestados.
Después de un juicio de cinco meses en 2007, 21 personas fueron condenadas, aunque cinco de ellas, incluido Rabei Osman, el presunto cabecilla, fueron posteriormente absueltas.
En memoria de las víctimas de los atentados del 11 de marzo, se plantó un bosque conmemorativo de olivos y cipreses en el parque de El Retiro de Madrid, cerca de la estación de tren de Atocha.
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