Generación Z “asalta” con corridos tumbados las calles de México y… ¡el mundo!
Los “Corridos tumbados” se han convertido en un fenómeno musical global que en los últimos meses se abrió paso a nivel mundial al colocar siete temas en el Top 50 Global de Spotify
MEXICO.- En las transitadas calles de la Ciudad de México, automóviles que circulan a paso lento irrumpen con un peculiar ritmo de canciones que huelen a campo y a pequeñas urbes precarizadas cuyas letras arrojan a la cotidianidad de capital mexicana la realidad “belicosa” del resto del país y algunas claves de la Generación Z.
Entonces canta “Peso Pluma” su Siempre Pendiente:
Traigo en las cachas orgullosamente/ Mandan los jefes/ Yo cuido el área, aquí nadie se mete/
En una Urus me salgo a pasear/ Diez camionetas se miran atrás…
Los peatones pueden escuchar de ese modo el salto a las calles de los “Corridos tumbados”, un fenómeno musical global que en los últimos meses se abrió paso a nivel mundial al colocar siete temas en el Top 50 Global de Spotify.
Los Corridos tumbados también son conocidos como Corridos humildes por el nombre de la disquera independiente que empezó a producirlos: Rancho Humilde o Corridos bélicos, por los temas que tratan y las múltiples connotaciones que tiene en el norte de México, donde “belicoso” no es solo aquel que gusta del conflicto, sino que puede ser también amistoso, como en Sinaloa.
Tiene como máximo representante al cantante jalisciense Hassan Kabande “Peso Pluma” con sus más de 50 millones de reproducciones en Spotify y a otros veinteañeros como Natanael Cano, el primer expositor del género con 20 millones de reproducciones.
Pero cada día saltan nuevos nombres como Junior H, Fuerza Regida, Eslabón Armado, Yahritza y su Esencia, Grupo Marca Registrada, Ovi y otros extranjeros que han mirado en el género como una posibilidad de montarse en la ola, como Bad Bunny, quien recientemen te hizo un dueto con Cano.
Los Corridos tumbados llegaron del norte —de Los Ángeles y la frontera con México— con toda su revolución musical del corrido tradicional mexicano y tomó por sorpresa a la CDMX como a muchas ciudades de Estados Unidos, del mundo y del país, donde ya se habla de un desplazamiento del reggaetón.
“Adiós reggaetón, bienvenido corrido tumbado”, se comenta en YouTube y TikTok, las principales redes sociales desde donde saltó el género de a poco, casi imperceptible desde 2015, según el crítico musical Arturo Saucedo, quien ve un crecimiento exponencial hasta la fecha y con mucho más potencial en los próximos años.
“Si pensamos que surgió en 2015 o 2016 y hasta 2020 empieza a tener los primeros chispazos, estamos hablando de un género relativamente joven. Pero aún no tenemos al más grande exponente del género, y eso que tenemos ya a Peso Pluma, que ya es alguien relevante”, considera Saucedo.
La Revolución
El origen del corrido tradicional podría remontarse con algunos indicios en la Independencia, pero fue durante la Revolución Mexicana que se popularizó sobre todo en áreas rurales, donde hacían el papel de la prensa debido a los altos índices de analfabetismo.
Posteriormente, con la migración a Estados Unidos, la música saltó y encontró variantes con historias de narcotráfico en ambos lados de la frontera y ahí se quedó, flotando entre nuevas expresiones musicales de la música tradicional mexicana hasta el arribo de los corridos tumbados con cambios musicales revolucionarios:
Mezcló la guitarra, el bajo quinto más la tuba y el trombón; cambió la polka y el vals o los redujo al máximo, y le inyectó trap, reggaetón y hiphop.
Dan Sánchez, uno de los primeros compositores de Corridos humildes dijo en una entrevista televisiva que su idea fue “meter el rap a las guitarras de los corridos con las que creció en el estado de Sonora”, como los Invasores de Nuevo León o Sergio Vega y Ariel Camacho sin dejar a un lado al rapero mexicano El Alemán o el estadounidense Dr. Dre.
Los llamó “tumbados” porque ya no eran totalmente del campo, sino de urbes pequeñas y marginadas por el centralismo y el abandono (otras versiones dicen que se llaman así porque quienes los cantan se caen de borrachos).
“Lo que tienen los corridos tumbados desde el punto de vista musical es que te hacen sentir energizado”, observó Santino Cortes, escritor mexicano de la generación Zeta, quien se dice atraído al género aunque con con reservas.
“Las letras parecen decir mucho del enamoramiento del mexicano frente a la hecatombe actual, como un Síndrome de Estocolmo colectivo, donde la sociedad está cautivada por su captor, el crimen organizado”.
Se puede observar en el grupo Tercer elemento que canta Aerolínea Carrillo, sobre el Señor de los Cielos que transportaba droga de Sudamérica a la frontera con Estados Unidos.
Muy inteligente, bueno pa’ cerrar los tratos/ Rusos, orientales, colombianos e italianos/ Fuerte exponente en el mercado/ Por eso fue de un alto mando/ Su nombre fue Amado Carrillo, leyenda en el contrabando…
Los corridos tumbados conservan de sus predecesores, efectivamente, cierto culto a las organizaciones criminales, temas binacionales, el reconocimiento a la amistad y algunos valores familiares como el ensalzamiento a la madre.
En Soy Diablo (2019), Natanael Cano reza:
Los pies firmes en la tierra, somos de buena madera/ Mi madre es mi vida entera y listo estoy pa’ lo que venga/ Mi familia tendrá todo hasta el día en que yo me muera/ Perdón a mis jefecitos por ser un dolor de muelas, ¡ea!
A diferencia de los corridos tradicionales, los tumbados no dudan en hablar de temas tabú como en la interpretación de Cristian Humberto Ávila, alias “Chino Pacas” (2023), de 16 años, con la canción El gordo trae el mando quien estuvo en recientemente en el Top 50 Global de Spotify, donde deja entrever su orgullo por el sicariato.
Y mi RT en Acapulco/ Y si hay pedo, les sepulto/ Aquí no andamos haciendo bulto/ Al chingazo yo resulto/ Y una glockzona que va conmigo/ Siempre lista para un susto…
El Corrido belicoso también deja atrás el orgullo por el consumo de alcohol que suponían algunas canciones de los corridos tradicionales y se acerca más a las drogas. También marca sus distancias del reggaetón dejando a un lado los temas sexuales aunque conserva de sus influencias la fanfarronería.
Así sigue El Diablo:
A las onzas se las invita y pura mota que es medicinal / No se me agüite, mejor péguese un baile con la niña de allá/ Con cupcake nos vamos, el cuerpo siento elevado/ Las morras aquí a mi lado, hay puras niñas, yo soy su papá/ Cupcake en las pipas, la gente viene y se atiza…
…Los Versace siempre en mi vista, varias naves que mandé a arreglar/ En el cuello tengo todo el brillo que yo quiero/ Y no me digan que no puedo porque saben que las puedo/ Y varios diamonds en el pecho son los que luce este viejo
La polémica
Algunos artistas consolidados han sido algunos de los más férreos críticos respecto a los corridos tumbados. Pepe Aguilar, hijo de Antonio Aguilar, uno de los principales exponentes del corrido en los últimos tiempos, estalló en redes sociales en contra el género y dijo que era “mediocre, chafa y pinche”. Julio Preciado, ex vocalista de El Recodo, secundó a Aguilar en 2022.
Lejos de las luces, desde el punto de vista académico, Darío Vázquez catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) llamó la atención respecto a la narrativa del género.
“La música no es culpable de lo que sucede en las calles, pero tampoco es inocente; la clave es decirle a los niños y niñas: ‘oye, lo que estás oyendo es una fantasía, la vida no es así, está buena para bailar, pero hasta ahí’”, advirtió.
“Los corridos tumbados son tan peligrosos como las historias de princesas que construyen una narrativa exageradamente romántica del amor y unos y otras generan en los niños una perspectiva errónea sobre la realidad que luego les costará mucho trabajo revertir”.
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