Ovidio Guzmán y su gusto por los pasteles que casi le cuesta la vida
Después del llamado "Culiacanazo", Ovidio Guzmán se refugió en la ciudad de México y cada jueves acudía a un restaurante para probar sus famosos pasteles y malteadas, pero en una de esas visitas casi lo matan
Los líderes criminales suelen tener gustos caros que se pueden apreciar en ostentosas joyas, vehículos deportivos o mascotas exóticas. Sin embargo, en el caso de Ovidio Guzmán la predilección era por los postres, específicamente los pasteles y las malteadas.
Así lo revela un informe de inteligencia de la Secretaría de Marina al que tuvo acceso el periodista David Fuentes, del semanario Proceso, en el que se detalla el seguimiento que se le dio al hijo del Chapo Guzmán durante 2021, es decir, dos años después del fallido operativo para capturarlo, conocido como “Culiacanazo”.
En ese año el joven criminal, también conocido como “El Ratón”, se refugió gran parte del tiempo en la ciudad de México, donde pasaba desapercibido luciendo una incipiente barba, una gorra de béisbol y lentes oscuros.
El documento señala que Ovidio se hospedaba en el hotel boutique Vermont de la capital mexicana, desde donde salía en una camioneta blindada al restaurante y librería “Un lugar de La Mancha” para degustar sus famosos brownies con salsa de chocolate, helado de vainilla y un café con leche.
Pero el lugar favorito del hijo del Chapo era el restaurante The Cheesecake Factory ubicado en una plaza comercial, el cual visitaba cada jueves para probar sus pasteles y cremosas malteadas.
De acuerdo con el diario Milenio, la razón de que Ovidio prefiera los postres a otro tipo de platillos, se debe a que elegía lo que no afectara su estómago, pues desde joven consume medicamentos contra la gastritis.
El atentado fallido
En una parte del informe se revela que una de esas visitas casi le cuesta la vida, específicamente el 28 de octubre de 2021, pues sicarios enviados por Ismael “El Mayo” Zambada y Caro Quintero se dieron cuenta de que a Ovidio le encantaban esos pastelitos.
“Los asesinos sabían de esa debilidad y lo esperaron”, señala el documento, en donde se detalla que cuando “El Ratón” llegó por su acostumbrado pastel ya estaba en el lugar un sicario conocido como “El Flaco”, quien decidió frenar su muerte porque había demasiada gente en el centro comercial.
Debido a que los pistoleros no conocían la ciudad de México, se perdieron al tratar de seguir a Ovidio hasta su hotel. Dos días después fueron detectados por la Marina y detenidos, confesando que casi mataron al hijo del Chapo, pero “se les escapó”.
Ahora, dos años después de aquel fallido atentado, Ovidio Guzmán ya se encuentra en una prisión de Estados Unidos, y seguramente quedarán en el pasado aquellos pasteles y malteadas de “Un lugar de La Mancha” y The Cheesecake Factory.
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