La historia de los desafíos migratorios en la frontera puede ofrecer nuevas soluciones, afirma nuevo reporte
La inmigración, uno de los asuntos políticamente más divisivos y complejos en Estados Unidos, es un tema principal en las elecciones de 2024. Un reporte publicado por The Migration Police Institute (MPI) estudia los desafíos y cambios requeridos para lograr que la política migratoria del país sea más coherente
Un nuevo reporte publicado el jueves examina la historia de los esfuerzos del gobierno federal para mejorar la seguridad de la frontera de Estados Unidos con México y extrae lecciones de esta visión panorámica que pueden beneficiar a quienes protegen al país y a quienes formulan sus políticas de seguridad nacional y de inmigración.
El reporte “Migración en la frontera entre Estados Unidos y México: un desafío que se viene gestando durante décadas”, identifica avances clave en la evolución del control de la frontera suroeste y lecciones aprendidas que pueden informar la próxima fase de la estrategia fronteriza del gobierno federal en el suroeste del país.
La seguridad fronteriza entre Estados Unidos y México ha sido una cuestión política central y un tema político divisivo en Estados Unidos durante décadas.
“Los formuladores de políticas estadounidenses construyeron una empresa eficaz de seguridad fronteriza y gestión de la inmigración durante las décadas de 1990, 2000 y principios de 2010, calibrando la respuesta a la naturaleza de la migración irregular en la frontera suroeste durante esos años”, escriben los autores.
“Sin embargo, las características fundamentales de los migrantes que llegan a la frontera han cambiado de manera material desde entonces. La política y la respuesta operativa de Estados Unidos no han evolucionado a su vez. Como resultado, ahora existe un profundo desajuste entre el problema y la respuesta del gobierno”, señalaron los autores del reporte.
La empresa de control fronterizo de Estados Unidos en la frontera entre Estados Unidos y México se ha enfrentado a dos eras claramente diferentes de migración no autorizada: la primera, desde la década de 1980 hasta principios de la de 2010, abordó los flujos estacionales de adultos, abrumadoramente mexicanos.
La era actual ha estado marcada primero por un aumento en las llegadas de niños y familias centroamericanas a partir de 2014 y, más recientemente, por flujos sin precedentes de solicitantes de asilo de América Latina y más allá.
Las diferencias más marcadas están en que si bien el gobierno federal no detuvo por completo la migración mexicana anterior, desarrolló estrategias efectivas, respaldadas por importantes inversiones de recursos, que redujeron drásticamente los niveles de cruces fronterizos ilícitos.
El reporte reconoce que Estados Unidos construyó “la empresa de gestión de la migración más avanzada del mundo”, comenzando con la administración Clinton en 1993 y continúa su análisis de las políticas migratorias implantadas por cada administración posterior, hasta el gobierno del presidente Joe Biden.
Desafíos actuales
En la era actual de migración no autorizada, que está marcadamente diversificada en orígenes y características de los migrantes, el gobierno ha luchado por adaptar las políticas y las estructuras operativas para que coincidan con la nueva naturaleza de los desafíos migratorios que deben gestionarse y aún no ha logrado su objetivo de reducir la migración no autorizada.
Estados Unidos enfrenta una situación sin precedentes en cuanto a la seguridad de su frontera actualmente debido a los cambios en los patrones migratorios que el informe reveló al estudiar las diferencias de la migración no autorizada entre estas dos épocas, porque las estrategias que sirvieron para controlarla anteriormente no son útiles ahora.
Lecciones y cambios posibles
Al identificar desarrollos clave en la evolución de la seguridad fronteriza entre Estados Unidos y México, incluidos los orígenes y características cambiantes de los migrantes que llegan a la frontera, el estudio propone cambios en las políticas de seguridad e inmigración.
El informe cita como “uno de los cambios esenciales” es profundizar en la relación entre la misión del Departamento de Seguridad Nacional y las asociaciones entre agencias del gobierno para respaldarla, así como la necesidad de comprender que un fenómeno transnacional como es la migración irregular requiere políticas y asociaciones internacionales que se extienden mucho más allá de la línea fronteriza de Estados Unidos, como es la actual relación entre los gobiernos de Estados Unidos y México asumiendo decisiones bilaterales para incrementar la seguridad en la frontera, mantener la colaboración económica, frenar el narcotráfico y controlar el flujo de migrantes no autorizados.
La reforma migratoria es necesaria
Los autores señalan que el Congreso no ha realizado reformas significativas a la ley de inmigración estadounidense en décadas, a pesar de que la seguridad fronteriza ha estado entre los temas políticamente más visibles y polémicos desde la década de 1990 y que desde entonces cada una de las cinco presidencias ha enfrentado múltiples crisis migratorias.
El Congreso ha actuado principalmente a través de un acuerdo bipartidista tácito para comprometer recursos mucho mayores, sobre todo en las décadas de 1990 y 2000, para el control fronterizo.
A falta de medidas del Congreso para reformar las leyes de inmigración estadounidenses, las decisiones han recaído en el poder ejecutivo y los tribunales.
“Esto ha llevado a un sistema menos estable y coherente, ya que actores con creencias y objetivos diametralmente opuestos luchan por aspectos comparativamente técnicos del sistema, mientras que las principales cuestiones que impulsan la migración y dan forma a cómo el país la maneja… han quedado en gran medida sin abordar”. señalaron los autores.
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