Cómo la dieta mediterránea influye en niños y los adolescentes
La dieta mediterránea mejora la salud cardiometabólica en jóvenes, reduciendo presión arterial, triglicéridos y colesterol, según un metaanálisis de ensayos clínicos
Un metaanálisis reciente ha revelado que la dieta mediterránea puede mejorar significativamente la salud cardiometabólica en niños y adolescentes. Este análisis, encabezado por el Dr. José Francisco López-Gil de la Universidad de Las Américas en Quito, Ecuador, y sus colegas, revisó ensayos clínicos aleatorios y encontró mejoras notables en varios indicadores de salud cardiovascular.
El estudio se centró en la dieta mediterránea, que enfatiza el consumo de frutas, verduras, aceite de oliva y pescado, en lugar de alimentos ultraprocesados. Los resultados mostraron que esta dieta no solo redujo la presión arterial sistólica, sino que también disminuyó los niveles de triglicéridos, colesterol total y LDL (el llamado “colesterol malo”).
Además, se observó un aumento en los niveles de colesterol HDL (el “colesterol bueno”). Sin embargo, la dieta no mostró cambios significativos en la presión arterial diastólica, glucosa, insulina o resistencia a la insulina.
López-Gil subrayó la importancia de incorporar asesoramiento dietético basado en la dieta mediterránea en la práctica médica, especialmente para los jóvenes en riesgo de desarrollar problemas cardiometabólicos.
En su comunicación con MedPage Today, destacó que la prevención de enfermedades cardiovasculares debe comenzar en las primeras etapas de la vida. La relación entre la acumulación de placa aterosclerótica y los factores de riesgo cardiovascular desde la infancia hasta la adultez subraya la necesidad de intervenciones tempranas.
El metaanálisis incluyó datos de nueve ensayos clínicos aleatorizados con un total de 577 participantes, de edades comprendidas entre 3 y 18 años, con una media de 11 años. De estos participantes, casi el 60% eran mujeres.
La duración media de los estudios fue de 17 semanas, variando entre 8 y 40 semanas. Un total de 322 participantes fueron asignados aleatoriamente a seguir intervenciones basadas en la dieta mediterránea.
Niños con sobrepeso
Seis de los estudios se centraron en niños y adolescentes con sobrepeso, y dos de estos también incluyeron participantes con enfermedad del hígado graso no alcohólico. Otro estudio inscribió a niños con prediabetes, y los dos estudios restantes incluyeron a niños aparentemente sanos.
La adherencia a la dieta mediterránea se evaluó en solo cuatro estudios, utilizando el Índice de Calidad de la Dieta Mediterránea para Niños y Adolescentes. Siete estudios prescribieron una dieta mediterránea, mientras que dos proporcionaron educación nutricional basada en esta dieta.
En los grupos de control, cinco estudios aplicaron la atención habitual, dos utilizaron una dieta estándar y otros dos optaron por una dieta baja en grasas. Comparado con el grupo de control, la dieta mediterránea mostró reducciones significativas en la presión arterial sistólica (−4,75 mm Hg), triglicéridos (−16,42 mg/dl), colesterol total (−9,06 mg/dl) y colesterol LDL (−10,48 mg/dl). También se observó un aumento en el colesterol HDL (2,24 mg/dl).
A pesar de estos resultados positivos, el impacto de la dieta mediterránea sobre la resistencia a la insulina y el metabolismo de la glucosa fue menos evidente. López-Gil sugirió que estos aspectos podrían requerir períodos de intervención más largos para mostrar mejoras significativas.
El estudio también enfrentó varias limitaciones. Algunos ensayos presentaron preocupaciones sobre el riesgo de sesgo, y no todas las intervenciones se centraron exclusivamente en la dieta mediterránea, incorporando a veces actividad física.
El equipo de investigación no pudo realizar análisis de subgrupos debido a la limitada cantidad de estudios, lo que impidió determinar si los resultados fueron consistentes en diferentes subgrupos, como sexo, raza o etnia.
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