Niveles de plomo detectados en agua de un barrio de Los Ángeles
El agua en el vecindario de Watts, en el sur de Los Ángeles, presentó niveles de plomo que excedían niveles de acción de la Agencia de Protección Ambiental
Las muestras de agua se tomaron en viviendas unifamiliares y unidades de vivienda pública en Watts. Crédito: Rogelio V. Solis | AP
Niveles tóxicos de plomo fueron encontrados en el agua del grifo en el vecindario de Watts, en el sur de Los Ángeles, reveló un estudio que se dio a conocer este miércoles 21 de agosto.
En el estudio, encargado por la Better Watts Initiative, se tomaron muestras de viviendas unifamiliares y unidades de vivienda pública, y se encontró presencia de plomo con mayor frecuencia en las muestras de las unidades de vivienda pública.
De acuerdo con la Agencia de Protección Ambiental (EPA), no existe un nivel seguro de exposición al plomo, pero los investigadores encontraron presencia del metal pesado en el agua del grifo en una cantidad que excedía los niveles de acción de la EPA (un nivel de concentración suficiente para justificar una acción regulatoria o correctiva) de 15 partes por 1,000 millones (ppb) en algunas muestras que fueron tomadas.
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“Ninguna cantidad de plomo es segura para el cuerpo humano“, dijo la estudiante de doctorado de la UCLA e investigadora principal del estudio Better Watts Initiative, Danielle Hoague.
“La Agencia de Protección Ambiental debe implementar de inmediato pruebas integrales en todas las unidades de vivienda en Watts para abordar esta crisis ambiental y de salud pública”, agregó.
La especialista mencionó que muchos residentes de la comunidad de Watts beben y se bañan en agua que no es segura.
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“Se sabe que la exposición al plomo en estos niveles causa deterioro cognitivo y anemia, entre otros problemas médicos que pueden ser duraderos”, añadió.
Históricamente, el área de Watts ha enfrentado problemas de plomería debido a negligencia en la infraestructura hídrica debido a la falta de inversión y las malas políticas públicas, que contribuyen a la presencia de metales pesados en el agua potable.
Las líneas de servicio de plomo (LSL) se construyeron en las residencias antes de la Ley de Agua Potable Segura de 1985, por lo que todavía quedan soldaduras, tuberías, grifos y accesorios de plomo corrosivo que los propietarios, arrendadores e inquilinos no pueden reemplazar o probar.
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Watts, un barrio que abarca unas dos millas cuadradas en el sur de Los Ángeles, está entre los vecindarios más contaminados de California.
Esta comunidad tiene una puntuación de carga de contaminación general en el percentil 100 y un puntaje acumulativo de contaminación por plomo de 91 proveniente del agua, la contaminación del aire, el suelo y la pintura.
“Esta comunidad lleva años pidiendo ayuda, y la inacción ha provocado un inmenso sufrimiento con mayores tasas de cáncer, problemas de salud debilitantes y muertes”, expresó el director ejecutivo del Comité de Acción Comunitaria Laboral de Watts (WLCAC), Tim Watkins.
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“Esto es un escándalo. la salud, bienestar y derechos civiles de esta comunidad han sido pisoteados por generaciones de negligencia por parte de los líderes de la ciudad y del Condado de Los Ángeles. El agua potable es un derecho humano básico y exigimos que se efectúen pruebas exhaustivas y se rindan cuentas de inmediato. La ciudad debe responder por su negligencia hacia Watts”, agregó Watkins.
El plomo, incluso en niveles bajos de exposición, puede acumularse en el cuerpo y causar problemas de salud, como anemia, retrasos cognitivos, problemas de conducta, daños en órganos e incluso la muerte.
Los niños menores de seis años y las mujeres embarazadas son las personas que corren mayor riesgo de desarrollar efectos sobre la salud cognitiva incluso con niveles de exposición muy bajos.
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La mayoría de los hogares donde se tomaron las muestras son de personas afroamericanas y de inquilinos.
La contaminación por plomo es un factor que contribuye a muchas de las disparidades de salud evitables observadas en la comunidad, incluida una esperanza de vida promedio 14 años menor que en los vecindarios vecinos y una tasa de deserción escolar de casi el 50% de los adolescentes antes del octavo grado.
Como parte del estudio, se efectuó una encuesta entre residentes, quienes manifestaron tener síntomas relacionados con la exposición al plomo, como dolores de cabeza, TDA, TDAH, problemas estomacales, diarrea, propensión al comportamiento violento y destructivo, reacciones alérgicas, piel seca, mareos, manchas en el rostro, erupciones cutáneas, picazón, venas agrandadas y cambios en el tono de la piel.
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