Casi 2,000 exjugadores de la NFL temen tener ETC

Un estudio revela que el 34% de exjugadores de la NFL creen padecer ETC, lo que aumenta problemas cognitivos, depresión y tendencias suicidas

Casi 2,000 exjugadores de la NFL temen tener ETC

La persistente ansiedad por esta afección, sin un diagnóstico confirmado, podría agravar problemas de salud mental. Crédito: Victor Moussa | Shutterstock

Un estudio reciente ha puesto de relieve la percepción entre los exjugadores de la NFL sobre los efectos de los repetidos traumatismos craneales que experimentaron a lo largo de sus carreras. Alrededor del 34% de los 2.000 exjugadores encuestados creen que padecen encefalopatía traumática crónica (ETC), una enfermedad neurológica degenerativa que ha sido vinculada a golpes repetitivos en la cabeza.

Aunque la ETC solo puede diagnosticarse mediante una autopsia, la sensación de padecer esta afección ha generado inquietudes por las tasas elevadas de problemas cognitivos, depresión y tendencias suicidas en los jugadores que se autodiagnostican con la condición.

El estudio, realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Harvard en colaboración con Mass General Brigham, destacó que los jugadores que sospechaban sufrir ETC presentaban mayores incidencias de síntomas neuropsiquiátricos y físicos en comparación con aquellos que no compartían esta creencia.

Estos exjugadores reportaron con mayor frecuencia depresión, dolor crónico, niveles bajos de testosterona, problemas de concentración y memoria, además de tendencias suicidas. De hecho, un cuarto de los participantes que creían tener ETC mencionaron pensamientos suicidas o autolesivos, una cifra que contrasta significativamente con el 5% de aquellos que no manifestaban la misma creencia.

Ross Zafonte, coautor del estudio y líder del equipo de investigación, señaló que las creencias pueden tener un impacto considerable en la salud. Según Zafonte, presidente de Spaulding Rehabilitation y jefe de los departamentos de Medicina Física y Rehabilitación en el Hospital General de Massachusetts y Brigham and Women’s, los síntomas de los exjugadores son reales y las preocupaciones por la ETC son válidas.

No obstante, advirtió que la persistente ansiedad por esta afección, sin un diagnóstico confirmado, podría agravar problemas de salud mental al desanimar a los exjugadores de buscar tratamiento para otras afecciones relacionadas.

Una de las principales conclusiones del estudio es que muchos de los problemas de salud que afectan a los exjugadores, como la apnea del sueño, el dolor crónico y la presión arterial alta, también pueden provocar dificultades cognitivas y emocionales.

Afecciones en vida: Riesgos y síntomas

Estas condiciones, tratables y a menudo subestimadas, podrían ser responsables de los síntomas que los exjugadores atribuyen a la ETC. La doctora Rachel Grashow, primera autora del estudio, subrayó que mientras se espera que avancen las investigaciones sobre la ETC, es crucial identificar y tratar afecciones que sí pueden abordarse en vida.

Esto, dijo, ayudaría a reducir el riesgo de que los jugadores vean sus síntomas como inevitables o incurables, lo que a menudo puede generar desesperanza.

Otro hallazgo importante fue que los exjugadores que creen padecer ETC, incluso después de ajustar los datos para tener en cuenta la depresión, todavía tienen el doble de probabilidades de reportar tendencias suicidas.

Esto sugiere que la percepción de tener una enfermedad neurodegenerativa, aun sin pruebas concluyentes, puede ser un factor clave detrás de estas tendencias, más allá de la presencia de depresión. Los investigadores también destacaron que la falta de un diagnóstico certero y la atención desproporcionada hacia la ETC pueden desviar la atención de otros problemas de salud tratables.

Medidas como la pérdida de peso, una dieta adecuada, un sueño mejorado y el ejercicio regular han demostrado ser efectivas para mejorar la función cognitiva y la calidad de vida en general. Son clave las intervenciones que promuevan cambios positivos en los comportamientos de salud como parte de una estrategia integral para abordar los problemas neuropsiquiátricos.

El estudio ha generado un llamado a la acción tanto para los exjugadores como para los médicos que los atienden, instándolos a no enfocarse exclusivamente en la posibilidad de una ETC, sino a considerar una gama más amplia de condiciones tratables.

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