Kevin de León, un líder que siempre ha luchado por la comunidad

Esta columna responde a las 'calumnias' de las que ha sido víctima el concejal del Distrito 14

Kevin De León es concejal del Distrito 14.

Kevin De León es concejal del Distrito 14. Crédito: Cortesía

Desconcierta y decepciona que la compañera Dolores Huerta no haya aprendido del gravísimo error político que cometió el liderato del Sindicato de Trabajadores Agrícolas (UFW) en la década de los 70’s, cuando acordó enviar a Manuel Chávez (hermano de César Chávez) a la frontera con México al frente de una brigada de organizadores de su gremio para arrestar y entregar a las autoridades de inmigración (“la migra”), para su deportación, a presuntos indocumentados que desesperados trataban de llegar a los campos agrícolas de California para trabajar.

La explicación que se le dio a la comunidad por dicha medida reaccionaria y anti-mexicana y que dividiría a la comunidad por muchos años, fue que se recurrió a ella porque los trabajadores indocumentados se prestaban a actuar como esquiroles (rompe huelgas), mientras miembros de esa central sindical luchaban por conquistar contratos colectivos de trabajo.

Independientemente de lo anterior, y sin que me quepa la menor duda, Dolores Huerta es un icono del movimiento chicano. Su trayectoria en el movimiento sindical campesino de California al lado de César Chávez pasará a la historia como una contribución clave para el empoderamiento, y la elevación de la conciencia política de la población de origen latinoamericano.

Huerta publicó una columna, con muy buena manufactura en idioma español, en el diario La Opinión de Los Ángeles titulada “De los campos de Delano al Distrito 14”. En ese texto ataca severamente y calumnia al concejal angelino por el Distrito 14, Kevin de León.

Su comentario arranca con una descripción de las condiciones en las que tenían que laborar y subsistir los trabajadores del campo en el siglo pasado. Para escapar de esas deplorables condiciones de su vida dentro de lo que solo podría describirse como un clásico “callejón sin salida”, Huerta narra cómo “chicanos, filipinos, afroamericanos, latinos, anglos y más” se unieron, y de esta forma cambiaron el curso de la historia.

Después de su certera descripción de cómo vivían los trabajadores agrícolas de aquellas décadas, Huerta brinca al 2024 y básicamente sostiene que Kevin de León es el responsable por las altísimas rentas, los bajos salarios, los desalojos de inquilinos,  los altos costos de los alimentos y demás artículos de primera necesidad que sufren los residentes del Distrito 14 de la Ciudad de Los Angeles. Casi lo equipara con Lucifer.

Es una avalancha de ataques, sin reparar en la más mínima prudencia. Sin pudor, acusa al concejal De León de ser anti-gay, racista y corrupto. Y todo sin aportar prueba alguna que sustenten sus señalamientos. Incluso, llega al punto de acusarlo de fomentar la fragmentación de la comunidad del Distrito 14. Lo acusa de fomentar la idea de que una ciudadana estadounidense de origen filipino no puede representar un distrito de abrumadora mayoría latina.

Y aún más: asegura que De León quiere aferrarse al poder aún si esto lo tuviese que lograr a costa de hacer trizas a la comunidad que ha representado durante los últimos 4 años.

Y va más allá: le cuelga la etiqueta de trabajar en contra de los intereses de los trabajadores para dedicarse a promover y representar los intereses de las grandes corporaciones y grandes consorcios de bienes raíces que según ella están alineados con el ex-presidente Donald Trump, y que por estos esfuerzos el concejal percibe cuantiosos beneficios económicos, y políticos. 

Esto raya en el extremo de la difamación y la calumnia.

Con base en el conocimiento del pensamiento y acción del concejal De León, estamos perplejos con semejantes disparates que se vuelven contra ella como bumerang ya que su vida ha sido de lucha social ejemplar, apegada con rigor a la ética. Ahora es todo lo contrario y ella se niega a sí misma y mancha su pasado singular.

Uno de los grandes pilares del movimiento de los derechos civiles siempre fue la conquista de la Acción Afirmativa que tenía como propósito que representantes de minorías raciales fuesen mayoría en distritos locales, municipales, estatales y federales a través de la voluntad popular. El Reverendo Martin Luther King, César Chávez, Bert Corona y otros líderes emblemáticos dieron sus vidas por esta causa. Duele que Dolores Huerta tenga tamaña amnesia histórica.

Disculpa ante lo indebido

Hace poco más de 2 años, Kevin De León fue uno de los cuatro dirigentes presentes en una reunión privada en las oficinas de la Federación de Sindicatos del Condado de Los Ángeles, donde se hicieron comentarios racistas e insensibles hacia una persona blanca, gay y su hijo adoptivo (afro-americano). Esos juicios inapropiados le costaron el trabajo a Nury Martínez, quien en ese entonces fungía como la primera mujer y la primera mexicoamericana en ocupar el cargo de presidenta del Concilio de Los Ángeles. También, Ron Herrera, presidente de la Federación Sindical se vio forzado a renunciar. Hoy ambos cargos están en manos de afroamericanos. La falta de De León fue no frenar esa conversación, lo que lo llevó a disculparse con las comunidades ofendidas de forma permanente desde ese desafortunado día.

Ante el arrepentimiento y disculpas de De León, la señora Pauline Adkins, residente del Distrito 14, y quien invirtió más de 20,000 dólares con el fin de removerlo de su cargo, en cuatro diferentes ocasiones aceptó sus disculpas concluyendo que lo prefiere en su actual cargo político y rechaza apoyar a Ysabel Jurado.

¿Quién es Kevin De León?

Lo conozco desde hace 35 años, cuando la ley de la “amnistía” para los inmigrantes indocumentados estaba en su apogeo. En 1989 trabajó en la organización comunitaria One Stop Immigration and Educational Center (OSIEC) como responsable de la organización en los condados de Ventura y Santa Barbara, donde Kevin y su equipo de colaboradores impartieron clases de inglés como segundo Idioma (ESL), historia y civismo de Estados Unidos.

Debido a su labor,  miles de trabajadores agrícolas y urbanos obtuvieron en esa región del estado su residencia permanente y otros se hicieron ciudadanos estadounidenses.

Cuando De León se despidió de OSIEC, se sumó al movimiento sindical, primero en la Asociación Nacional de la Educación (NEA) y luego a la Asociación de Maestros De California (CTA). En esas filas permaneció más de una década.

En el 2006 fue electo a la Asamblea del Congreso Estatal de California y en 2010 pasó al Senado, donde en 2014 fue electo presidente convirtiéndose en el primer latino en los últimos 130 años en ocupar ese cargo.

En el terreno parlamentario lucho por la clase trabajadora. Su labor rindió frutos cuando en 2016 fue elevado el salario mínimo a 15 dólares la hora, además de que su propuesta SB-1235 permitió mayor control de las armas en California. En 2018, la legislatura aprobó su proyecto de ley SB-100 que obliga al estado a que para el 2026, 50% por ciento del consumo eléctrico provenga de la electricidad renovable y para que en el 2045 esta cifra sea del 100%.

Además, ha sido un promotor de que el acceso al seguro médico sea reconocido como un derecho para todos. En ese contexto, apoyó el establecimiento de un sistema medico único (single-payer system). También luchó para alcanzar la equidad salarial de forma que hombres y mujeres perciban el mismo salario por un mismo trabajo. Su proyecto de ley SB-548 logró extender subsidios para el cuidado de los niños.

De León fue protagonista en la lucha para asegurar la ley que permitió la emisión de licencias para conductores indocumentados, los que convirtieron a California en Estado Santuario. Fue, asimismo, protagonista en el combate a la Proposición 187 y su derrota jurídica.

Estos son hechos -no retórica- que lo avalan y le dan respetabilidad ya que han beneficiado a millones de personas que, además, hacen de California un ejemplo a seguir en la nación, máxime en este momento histórico que la derecha y extrema derecha republicana quieren quebrantar los avances de latinos; mientras su líder, Donald Trump, le endosa los más condenables calificativos y le hace peligrosas advertencias en caso de llegar nuevamente a la Casa Blanca.

En consecuencia, la cuestión es: ¿por qué Dolores Huerta, admirada por muchas generaciones de chicanos y latinos, asumió como arma de lucha la calumnia, la demagogia, la hipocresía, y torrentes de veneno político contra Kevin De León?

Disponemos de diversos ángulos desde donde podríamos adentrarnos en una posible respuesta. Acaso porque en 2006 De León derrotó a Christine Chávez, nieta de Cesar Chávez, quien luchaba por ser electa a un cargo en la Asamblea del Estado.

Con su siembra de cizaña, Huerta reabre cicatrices y conflictos del pasado con lo que a los únicos que se beneficia son a los enemigos históricos de nuestro pueblo.

Juan José Gutiérrez, es el director de la Coalición Derechos Plenos Para Los Inmigrantes. 

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