Una marca prevé gran auge de híbridos en 2032 y 2033
Juan López Frade, presidente de Suzuki Ibérica, asegura que los motores de combustión con tecnología híbrida vivirán un repunte histórico
El Suzuki eVitara no será cualquier modelo. Crédito: Suzuki. Crédito: Cortesía
El debate sobre el rumbo de la movilidad en Europa parecía claro: electrificación acelerada, reducción drástica de emisiones y abandono paulatino del motor tradicional. Sin embargo, desde Suzuki Ibérica llega un mensaje que rompe con esa narrativa.
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Su presidente, Juan López Frade, considera que la transición no será tan rápida como algunos organismos regulatorios han proyectado y que los híbridos de gasolina tendrán un rol clave durante la próxima década.
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Según el directivo, la demanda de vehículos con motor de combustión no desaparecerá a corto ni medio plazo. “Para 2032, 33 o 34 seguirá habiendo demanda de motores de combustión. Quien tenga gasolina híbrida en esos años se va a inflar a vender”, afirmó durante la cita anual de la marca. Y fue más allá al asegurar que el coche totalmente eléctrico “no llegará hasta la década de 2060”.
Sus declaraciones llegan en un momento en el que los fabricantes europeos enfrentan presiones regulatorias, cambios normativos constantes y una competencia global cada vez más intensa, especialmente desde China.
Suzuki encara un cierre de 2025 complicado
En el encuentro anual con prensa y sector, López Frade también compartió una fotografía clara de la situación que vive Suzuki Ibérica.
La compañía prevé cerrar 2025 con una caída del 17,8% en sus ventas, un descenso que responde principalmente a problemas de suministro que han afectado a modelos clave como el Vitara y el S-Cross.
Aunque este retroceso supone un desafío importante para la filial, el directivo asegura que la recuperación está a la vuelta de la esquina. Suzuki confía en que 2026 será un año de impulso gracias al lanzamiento del e-Vitara, su apuesta eléctrica más ambiciosa hasta la fecha.
El e-Vitara será la pieza clave para 2026
El debut del e-Vitara no ha sido sencillo. Su llegada se ha retrasado desde el verano debido a la fuerte demanda del Reino Unido, propiciada por su normativa ZEV, que exige a los fabricantes vender un porcentaje mínimo de vehículos eléctricos. Como resultado, las primeras 15,000 unidades de producción fueron destinadas a territorio británico.
Este desvío temporal de unidades frenó su distribución hacia otros países europeos, incluido España. Aun así, Suzuki ha confirmado que el despliegue del modelo ya comenzó en algunos países del norte de Europa y que llegará al mercado español durante la próxima primavera.
El e-Vitara pretende colocarse como la punta de lanza de la marca en un entorno donde los eléctricos ganan terreno, pero en el que, según López Frade, la demanda de híbridos seguirá siendo prioritaria para muchos conductores.

China domina la escena global y presiona a Europa
El impacto de China en la industria automotriz es uno de los factores que está redefiniendo el tablero global. En solo cinco años, el país ha pasado de ser un actor periférico a convertirse en una potencia dominante en vehículos eléctricos e híbridos. Su cuota global en este segmento ha pasado del 0% al 20%, mientras Europa ha descendido del 68,3% al 44,2%.
Si se mira exclusivamente el mercado europeo, la evolución es igual de contundente: las marcas chinas han crecido del 0,01% en 2020 al 9,65% en 2025. Este ascenso ha sido posible gracias a precios altamente competitivos, ciclos de innovación más rápidos y una cadena de suministro extremadamente robusta, especialmente en lo relacionado con baterías y componentes electrónicos.
En contraste, los fabricantes tradicionales del continente han visto cómo su peso global se reduce del 68% al 58%, incapaces de igualar los márgenes y la velocidad de las marcas asiáticas.
La respuesta de la Unión Europa: incentivos y más regulación
Ante esta situación, Bruselas se ha visto obligada a reforzar su estrategia industrial. La Unión Europea ha puesto en marcha un plan integral para revitalizar su sector automovilístico, enfocado en tres pilares: digitalización, impulso a vehículos conectados y autónomos, y fortalecimiento de la cadena de suministro de materias críticas como las baterías.
El plan incluye inversión público-privada, simplificación administrativa y nuevas líneas de apoyo para investigación tecnológica. Sin embargo, este esfuerzo convive con un endurecimiento normativo que muchos fabricantes consideran difícil de cumplir en los plazos establecidos.
Un ejemplo claro fue la propuesta del 1 de abril, cuando la Comisión Europea presentó un cambio legislativo para flexibilizar temporalmente las exigencias de emisiones de CO2 hasta 2027. Aun así, desde las propias marcas advierten que un exceso de regulaciones puede frenar la innovación, elevar precios y poner a Europa en clara desventaja frente a otras regiones menos restrictivas.
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