Las lluvias han rellenado los depósitos de agua de Los Ángeles

Y esto a pesar de que la mayor parte de las precipitaciones se canalizan hacia el océano Pacífico

Angelinos se protegen de la lluvia en el centro de la ciudad. /AURELIA VENTURA

La próxima tormenta será afortunadamente mucho menos intensa que la del viernes. Crédito: Aurelia Ventura | La Opinión

Las fuertes lluvias que han traído a Los Ángeles tres tormentas consecutivas a lo largo de la semana pasada produjeron inundaciones, deslizamientos de tierra y cortes de luz, pero han conseguido algo muy importante: llenar hasta su máxima capacidad los dispositivos de recogida de agua pluvial del condado.

El portavoz del Departamento de Obras Públicas del Condado de Los Ángeles (LACPW, por sus siglas en inglés) Steven Frasher afirmó que durante el fin de semana, cuando se registró la tormenta más fuerte que la región había visto en siete años, se recogieron 433 millones de galones de agua. Esta cantidad es equivalente al consumo de 10,600 personas durante un año.

Frasher afirmó que se hubiera podido recoger más agua si los depósitos hubieran sido vaciados después de las tormentas anteriores, y que existe interés por construir más depósitos que aumenten la capacidad de almacenamiento de agua de lluvia en el condado.

El Servicio Nacional de Meteorología (NWS, por sus siglas en inglés) ha indicado que durante estos cuatro meses la ciudad de Los Ángeles ha recibido un 216% más de precipitaciones de la media en este período.

Gracias al inverno particularmente húmedo que vive California, en Los Ángeles los depósitos han recibido 22,000 millones de galones de agua desde mediados de octubre de 2016 hasta este mes de enero, equivalente al consumo de medio millón de personas durante un año y un 83% más de lo que se registró en el mismo período de tiempo entre 2015 y 2016.

Sin embargo, la mayor parte del agua de lluvia acaba en el océano Pacífico, según indicó el Departamento de Agua y Energía de la ciudad. Un sistema de canalización construido para evitar las inundaciones después de que durante décadas causaron destrozos y muertes dirige unos 10,000 millones de galones de agua de media durante una tormenta normal hacia el mar.

Después de las catastróficas inundaciones de 1938, el Congreso destinó dinero federal a construir un nuevo sistema que canalizara el agua de las tormentas lo más rápido posible hacia el Pacífico, por el que los ríos de Los Ángeles y San Gabriel se revistieron de cemento. Pero después de que la sequía comenzara a asediar a la ciudad, esta aproximación empezó a ser cuestionada.

Esta indudable pérdida de recursos hídricos para una ciudad que tiene que importar el 85% del agua potable que consume está intentando atajarse mediante un plan maestro que persigue que para 2035 solo sea necesario importar el 50%.

La medida estudia cómo aprovechar mejor los recursos hídricos de la región, incluyendo el agua de lluvia, y contempla la posibilidad de habilitar depósitos artificiales en parques y otros emplazamientos. En Sun Valley, se ha construido un embalse subterráneo debajo de un campo de béisbol al que se filtran las precipitaciones que caen sobre la región, propensa a las inundaciones.

Otras medidas, desde depósitos de agua de lluvia a pequeña escala instalados en los tejados y patios de las viviendas hasta aceras “verdes” que filtren sin contaminar las precipitaciones hacia los acuíferos subterráneos, también están siendo estudiadas.

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