Después de 40 años, este famoso auto de Aston Martin volverá a rodar
El Aston Martin Bulldog fue uno de los autos prototipo de la marca que pretendía revolucionar a la automotriz y convertirse en el auto más veloz del mundo
Aston Martin Bulldog. Crédito: Cortesía Aston Martin. Crédito: Cortesía
Infinidad de autos prototipo han sido presentados durante años, pero pocos han sido los que se han convertido en una realidad y que han rodado por las calles.
Aston Martin desarrolló un prototipo que contaba con un diseño muy futurista para la época. Se trata del Bulldog, un auto que se convirtió en un proyecto fallido de la firma británica y que ahora, 40 años después, vuelve a cobrar vida de la mano de Classic Motor Cars (CMC), una empresa especializada en restauración de automóviles que se ha propuesto resucitar a la única unidad que se produjo de este superdeportivo.
Crédito: Cortesía Classic Motor Cars.
El famoso auto ha pasado por diversos propietarios durante estas cuatro décadas, sin embargo, el actual dueño lo ha puesto a disposición de CMC para someterlo a una profunda restauración. Se estima que sean unos 18 meses aproximadamente los que se requieran para restaurar el auto y dejarlo totalmente renovado, por lo que probablemente sea en el verano de 2021 cuando el flamente Aston Martin Bulldog vuelva a brillar sobre el asfalto.
El Bulldog nació en 1979 y era el primer superdeportivo de la marca creado para cumplir dos propósitos: batir el récord de velocidad y desmostar al mundo que Aston Martin también podía fabricar un supercar capaz de igualar, o incluso superar, a modelos como el Lamborghini Countach o el Ferrari 512 BB.
Crédito: Cortesía Classic Motor Cars.
De acuerdo con el portal Motor 1.com, el Bulldog en pista de pruebas alcanzó los 307 km/h y Aston Martin estaba convencida que su versión definitiva tenía todos los ingredientes para superar los 380 km/h. Lamentablemente nunca pudieron probarlo: la crisis económica de aquellos años también golpeó a la casa británica y el recién nombrado presidente, Victor Gauntlett, desechó el proyecto para centrarse en modelos más rentables, como los Gran Turismo y las berlinas.
De esta manera, el Bulldog, del que iban a producirse inicialmente 25 unidades, se quedó en una sola y, a fin de obtener la mayor liquidez posible en aquellos años convulsos, Aston Martin lo vendió al mejor postor: un adinerado cliente de los Emiratos Árabes Unidos y que ahora está a punto de convertirse en un ave fénix para resurgir y lograr sus anhelados propósitos.
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