El delicado procedimiento médico que salvó a Tiger Woods de una posible amputación
Las fracturas de la pierna de Woods fueron estabilizadas, pero existe riesgo de infección por las fracturas expuestas
La cirugía en la pierna de Tiger Woods fue larga y compleja. Foto de archivo. Crédito: THOMAS COEX/AFP | Getty Images
Tiger Woods es afortunado en estar vivo luego del accidente vehicular sufrido el martes en Rancho Palos Verdes, California. El siguiente paso para la leyenda del golf es recuperarse de la pierna derecha, la cual hubiera podido estar en riesgo de amputación.
De hecho, Woods aún encara días delicados en su recuperación por el riesgo de infección que conlleva una fractura expuesta, como la sufrida por él en dos distintas secciones de la parte inferior de la pierna.
Según el comunicado del equipo de Tiger publicado la noche del martes, los especialistas médicos estabilizaron las fracturas al insertar una varilla en la tibia, mientras que en el pie y el tobillo se insertó una serie de tornillos.
Pero tal vez el procedimiento más delicado de todos fue el corte realizado en el tejido muscular para liberar la presión y la inflamación, evitando un problema serio conocido como síndrome compartimental, en el que la falta de circulación sanguínea puede ser devastadora.
Básicamente, el problema ocurre cuando debido a la lesión el flujo en el llamado compartimento de tejido muscular, nervios y vasos sanguíneos se bloquea. Algunos expertos lo explican como un popote (pajilla) que se ha doblado. Si la presión de fluido no es liberada a tiempo los músculos mueren y la amputación puede hacerse necesaria.
Una situación similar enfrentó Alex Smith, el quarterback del equipo de Washington, quien en 2018 sufrió una horrible fractura expuesta en pleno juego. La pierna se le infectó con una bacteria que posiblemente se encontraba en el campo donde ocurrió la lesión.
No hay nuevos detalles este miércoles sobre la situación médica de Tiger Woods, quien se encuentra en el hospital de Harbor-UCLA en Torrance (sur de Los Ángeles), pero las siguientes horas/días serán cruciales para descartar infección y, eventualmente, identificar otros posibles daños colaterales de la pierna.
En conclusión, volver a jugar golf no es por ahora una prioridad.
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