Así fue la boda entre Isabel II y Felipe de Edimburgo hace más de 70 años
El 20 de noviembre de 1947 unieron sus vidas en matrimonio la reina y el duque, quienes estuvieron juntos 73 años
Miembros de la familia real durante la boda entre Felipe de Edimburgo y la reina Isabel II. Crédito: Evening Standard/Hulton Archive | Getty Images
La reina Isabel II y Felipe de Edimburgo protagonizaron una longeva historia de amor. Ahora, con la noticia del fallecimiento del duque muchos están recordando cómo fue su histórico matrimonio.
Se realizó el 20 de noviembre de 1947, la futura reina portó la tiara de diamantes de su abuela, lo que se convirtió en su “algo prestado”. En ese entonces ella tenía 21 años y se iba a casar delante de 2 mil invitados presentes, pero la BBC se encargaría de que llegara a más de 200 millones de personas a través de la radio.
La tiara fue uno de los pequeños percances del gran día pues a solo dos horas para la boda, el joyero de la corte tuvo que soldarla a toda velocidad para repararla.
Otro de los inconvenientes fue que Isabel se había olvidado de un ollar que le habían regalado sus padres con motivo de su enlace. El secretario privado de la ahora reina tuvo que ir por él contra reloj. En un punto, el tráfico era tan pesado que tuvo que hacer parte del camino a pie para llegar más rápido.
El vestido de Isabel fue color marfil en satén duquesa elaborado por el diseñador de la corte Sir Norman Hartnell. Se necesitó de 25 costureras y 10 bordadores para crearlo a la perfección. Los adornos eran emblemas florales con hilos de oro y plata; pequeñas perlas y cristales se veían por toda la prenda.
Felipe por su parte portó un uniforme naval, apenas un día antes había recibido su título de Su Alteza Real. Ambos llegaron al lugar el cual quedó en completo silencio cuando la futura reina hizo su entrada triunfal.
El New York Times lo describió como una llegada “cargada de drama y belleza que ninguna fantasía de Hollywood podría igualar”. En ese momento las trompetas comenzaron a sonar y el coro de Westminster empezó a entonar la canción “Praise, my soul, the King of Heaven”.
Isabel caminó hasta el altar de la mano de su padre, el rey Jorge.
El desayuno nupcial que se sirve justo después de la ceremonia, tuvo lugar en el Palacio de Buckingham. El pastel principal medía casi tres metros de alto y estaba conformado por cuatro pisos, esta manjar fue cocinado con ingredientes “de todas partes del mundo” y se cortó con la espada del duque.
Tras la ceremonia de ensueño, los recién casados decidieron pasar su luna de miel en suelo patrio, debido a la austeridad de la posguerra. Se dividieron en dos lugares importantes para ambas familias: Hampshire y la finca escocesa de la familia real en Balmoral.
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