Conoce por dentro el Castillo de Windsor, el lugar donde murió el príncipe Felipe de Edimburgo
El emblemático castillo fue elegido por la reina Isabel II como su casa de descanso, mientras que en 1992 sufrió un devastador incendio que tardó 15 horas en ser extinguido
En este lugar murió el príncipe Felipe a los 99 años. Crédito: DANIEL LEAL-OLIVAS | Getty Images
El príncipe Felipe de Edimburgo perdió la vida, a los 99 años, al interior del Castillo de Windsor, sitio que fue transformado por la reina Isabel II tras su llegada al trono en febrero de 1952. Su construcción data del año 1070.
Algunas de las renovaciones que se le hicieron se produjeron en la zona de los apartamentos privados, los cuales fueron adaptados y modernizados para ser habitados por la pareja real y sus hijos, ya que no habían tenido inquilinos desde los tiempos de la reina María.
A finales de la década de los 80 y principios de la década de los 90 se decidió hacerle una nueva renovación y el cambio de instalaciones. Los trabajos incluyeron la sustitución de la calefacción y el cableado en el Recinto Superior, el reforzamiento de los cimientos de la Torre Redonda y la modernización de los Apartamentos de Estado, los cuales presentaban un gran deterioro.
El 20 de noviembre de 1992 un incendio, que tardó 15 horas en ser extinguido, causó cuantiosos daños en el Recinto Superior. El fuego se habría iniciado después de que un foco, empleado en las obras de reparación de la Capilla Privada, alcanzara una de las cortinas ubicadas en el altar y de ahí se extendió por el resto de la propiedad.
La reconstrucción de la parte afectada llegó a su fin en 1997, siendo ese el último gran cambio radical que se le ha hecho al castillo.
La famosa edificación, ubicada en el condado de Berkshire y considerada como el palacio europeo habitado con mayor antigüedad, fue elegida por la Reina Isabel II y por el príncipe de Edimburgo como su hogar de fin de semana, mientras que el Palacio de Buckingham fue su hogar oficial.
En la actualidad ahí habitan o trabajan cerca de 500 personas, mientras que cada año es visitado por cerca de un millón de turistas provenientes de todo el mundo.
Entre los espacios que pueden ser recorridos por los turistas se encuentran la Torre Redonda, la Torre Eduardo III, los jardines del Foso, la Puerta Normanda, los Apartamentos de Estado, la terraza Norte, los jardines reales, el Recinto Superior, el Claustro de Herradura. Hace menos de un año abrió el conocido como jardín privado.
Al interior, además de llamar la atención por sus muebles antiguos y su historia, el castillo también lo hace por la cantidad de obras de arte que adornan cada una de sus habitaciones, así como por los acabados de las mismas y sus detalles en oro, los cuales nos llevan a remontarnos en el tiempo y a vivir en la época de cada uno de los inquilinos de ese imponente lugar.
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