Mamá latina que presuntamente mató a sus tres hijos está acusada de robar un auto para huir
Liliana Carrillo fue detenida en el condado de Tulare, horas después de que su madre encontrara los cuerpos sin vida de los menores
La madre hispana sospechosa de matar a sus tres hijos de 3 años, 2 años y 6 meses en su apartamento del Valle de San Fernando, en California, fue acusada este martes de robar el auto en el que huyó al condado de Tulare, donde las autoridades la encontraron y la detuvieron.
El fiscal de distrito del condado de Kern acusó a Liliana Carrillo, de 30 años, de cuatro delitos: robo de auto, intento de robo de auto y dos cargos por usar un vehículo sin el consentimiento de su propietario.
Se espera que esta misma semana los fiscales del condado de Los Ángeles presenten cargos de asesinato contra Carrillo por la muerte de sus hijos Joanna, Terry y Sierra. Pero los cargos a los que se enfrenta en Kern tienen que ver con su huída después de haber estrellado su propio vehículo en la Autopista 65 y de haber intentado robar otro auto mientras las autoridades la perseguían.
La abuela de las víctimas descubrió los cuerpos sin vida cuando llegó a su apartamento en el vecindario angelino de Reseda el sábado por la mañana. Carrillo ya no estaba en la vivienda. Dos de los niños tenían señales de ahogamiento y los tres presentaban heridas que indicaban que habían sido apaleados. Sin embargo, todavía no se ha hecho pública la causa de la muerte y el Departamento de Policía de Los Ángeles ha identificado a Carrillo como sospechosa de los asesinatos.
Carrillo fue transferida a última hora de la noche del lunes del condado de Tulare a una cárcel del condado de Kern, donde permanece arrestada con una fianza de $2 millones de dólares. Se espera que comparezca este miércoles en un tribunal del condado de Kern.
El padre de los niños, Erik Denton, había había alertado a las autoridades angelinas de que el bienestar físico y mental de sus hijos se veía amenazado por su propia madre y había solicitado la custodia, según documentos judiciales. Un juez del condado de Tulare le dio al hombre la custodia de emergencia, pero los trabajadores sociales del condado de Los Ángeles dejaron que siguieran a cargo de Carrillo.
Denton aseguró en los informes judiciales que en los meses previos al asesinato de los niños, la sospechosa estaba “extremadamente paranoica” y no se podía confiar en ella. Según su relato, Carrillo hacía afirmaciones extrañas como que ella era la “única responsable” de la pandemia de COVID-19 y que una red de pedófilos había asolado el pueblo de Denton en Porterville.