Así es la mansión de $35 millones a la que Donald Trump se mudará durante el verano

El expresidente Donald Trump, de 74 años, ya está preparando su equipaje para dejar por unas semanas su mansión en Mar-a-Lago, Florida, pues se asegura que pasará el verano en la imponente propiedad que posee en Nueva Jersey.

De acuerdo a información de diversos medios de comunicación, el también empresario tiene, desde el 2002, un club de golf en la localidad de Bedminster, por el que habría pagado la cantidad de $35 millones de dólares.

El conocido como Trump National Golf Club Bedminster, compuesto por más de 600 acres de terreno, alberga en la actualidad un imponente campo de golf de 36 hoyos, así como un exclusivo club privado.

Aunque el campo de golf es el gran protagonista de su casa de verano, el lugar también cuenta con piscinas, canchas de tenis, instalaciones ecuestres, un gimnasio muy completo y un salón de baile acondicionado en la conocida como Georgian Revival House.

La Georgian Revival House fue habitada, en su momento, por John DeLorean, el fallecido vicepresidente de General Motors.

Además de servir para eventos deportivos, el Trump National Golf Club Bedminster también tiene capacidad para albergar banquetes, eventos sociales y hasta bodas.

Las bodas se celebran en el bautizado como Georgian Revival Manor, un inmueble construido en 1932 y que recientemente fue remodelado para que luciera como en sus mejores tiempos.

Ahí se celebró, el 25 de octubre de 2009, la boda de Jared Kushner y de Ivanka Trump, una de las hijas del magnate, la cual contó con la presencia de más de 500 invitados.

Cuando Donald Trump se hospeda en el lugar, él, su familia y su equipo de trabajo suelen quedarse en las edificaciones ubicadas justo a un costado del área de piscina, tal y como sucedió en el verano de 2017, cuando por unas semanas se trasladó al lugar para descansar de sus labores en la Casa Blanca.

La noticia sobre su mudanza temporal a su casa de descanso de Bedminster se produce después de que la ciudad de Palm Beach determinara que tiene todo el derecho de residir en su club de Mar-a-Lago, asestando así un duro revés a los vecinos que se oponían a su traslado definitivo a la zona.

De acuerdo a los vecinos, el esposo de Melania Trump perdió su derecho a residir permanentemente en esa propiedad cuando, en 1993, llegó a un acuerdo con las autoridades para convertirlo en un club privado. El acuerdo incluía que ninguno de los socios podía vivir en el club por un periodo prolongado de tiempo, pero Trump no es considerado como un socio, sino como empleado de buena fe.

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