Obesidad e hígado graso: el azúcar puede ser tan dañino como el alcohol
El azúcar añadido no solo favorece la inflamación y la obesidad, además de aumentar el riesgo de diabetes y de enfermedad cardíaca, también puede dañar el hígado y provocar enfermedad hepática
El consumo de azúcar añadido puede afectar la salud de tu hígado. El azúcar aumenta la producción de grasa en el hígado y puede provocar una enfermedad hepática, el desarrollo de la enfermedad del hígado graso no alcohólico.
Un estudio publicado en el Journal of Hepatology encontró que la ingesta diaria de bebidas endulzadas con fructosa libre y sacarosa condujo a un aumento de dos veces mayor de grasa en el hígado que los que bebieron los que se abstuvieron de bebidas endulzadas con azúcar. La sacarosa es azúcar de mesa. Está compuesta por un 50 % de glucosa y un 50 % de fructosa.
El estudio fue realizado fue realizado por investigadores de la Universidad Médica de Graz, Austria, y la Universidad de Zúrich y el Hospital Universitario de Zúrich, Suiza.
Las bebidas azucaradas son la son la mayor fuente de calorías y de azúcares añadidos en la dieta estadounidense según publica la Fuente de Nutrición de Harvard.
Azúcar e hígado graso
El hígado es uno de los lugares de nuestro cuerpo que almacena este exceso de grasa. Con el tiempo, las células del hígado son reemplazadas gradualmente por células grasas, lo que lleva a una enfermedad del hígado graso no relacionada con el alcohol.
El alto consumo de azúcar favorece la obesidad y aumentar el riesgo de diabetes tipo 2, ambas condiciones de salud contribuyen a la enfermedad hepática. WebMD señala que algunos estudios muestran que el azúcar puede ser tan dañino para el hígado como el alcohol, incluso si no se tiene sobrepeso.
La enfermedad del hígado graso no relacionada con el alcohol es una de las causas más comunes de enfermedad hepática en los Estados Unidos. Esta enfermedad puede afectar a personas de cualquier edad, incluidos los niños, según explican los Institutos Nacionales de Salud.
British Liver Trust explica que cuando el hígado está dañado, graso o inflamado, no puede funcionar tan eficientemente como un hígado sano. No puede procesar toxinas y eliminar toxinas de nuestro cuerpo. Los daños en el hígado por comer demasiada azúcar se pueden revertir al cambiar el estilo de vida y seguir una alimentación saludable.
La Asociación Estadounidense del Corazón sugiere un límite de azúcar agregado de no más de 100 calorías por día (aproximadamente 6 cucharaditas o 24 gramos de azúcar) para la mayoría de las mujeres y no más de 150 calorías por día (aproximadamente 9 cucharaditas o 36 gramos de azúcar) para la mayoría de los hombres.
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