Así era la mansión donde Luis Miguel y Aracely Arámbula vivieron la última parte de su relación

'El Sol' y 'La Chule' vivieron durante una etapa de su fallida relación en una lujosa mansión del Bel-Air, la cual fue acondicionada a los gustos y exigencias del cantante

23 Jun 2021, 17:00 PM EDT

El cantante Luis Miguel, de 51 años, ha dado mucho de qué hablar en los últimos meses por la transmisión de la segunda temporada de su serie, en la que todavía no se aborda su relación con Aracely Arámbula, con quien tuvo dos hijos, Daniel y Manuel.

La pareja, que salió del 2005 al 2009, alquiló por un tiempo una imponente mansión de Bel Air, la cual tras su ruptura siguió siendo habitada por ‘El Sol’, pero en el 2013 tuvo que abandonaría porque su entonces dueño decidió ponerla a la venta en $5,895,000 de dólares.

La propiedad, que no contaba con los reflectores de sus casas en Acapulco o de su apartamento en Florida, está conformada por cinco recámaras y cinco baños, tal y como lo pudimos atestiguar en la visita que le hizo el programa ‘Despierta América’ hace algunos años.

También goza de vestíbulo, cocina, antecomedor, comedor, sala de estar, sala principal, bar, cuarto de lavado, entre otras habitaciones.

La cocina es bastante amplia y semiabierta. Está equipada con una alacena de color blanco, con electrodomésticos de alta gama y con una isla central utilizada para cocinar y para preparar los alimentos.

La recámara principal, donde Luis Mi y La Chule durmieron por varias noches, cuenta con el espacio más que suficiente para una cama grande y una sala de estar, así como con una chimenea que se encarga de darle confort a la habitación durante la temporada de calor.

Al exterior, en su lote de 35,000 pies cuadrados, hay extensas áreas verdes, terrazas, piscina estilo resort, jacuzzi y hasta área de juegos infantiles, la cual fue retirada con la mudanza del intérprete.

La casa sufrió diversas adecuaciones durante la estancia del intérprete de ‘Ahora te Puedes Marchar’, quien, fiel a su costumbre, quería evitar a toda costa que él y su familia fueran molestados por los paparazzi, por lo que, con la autorización, del dueño mandó a levantar la barda, con lo que impidió que el interior de la casa pudiera ser vista desde la calle.