Comer pescado graso puede aumentar tu esperanza de vida en casi cinco años
Integrar pescado graso a tu dieta puede aumentar la esperanza de vida casi cinco años según un estudio realizado en conjunto por investigadores de Institutos de España, Estados Unidos y Canadá
El pescado graso como el salmón, las sardinas, la caballa y el arenque son la mayor fuente de ácidos grasos omega-3. Un estudio reciente publicado en The American Journal of Clinical Nutrition revela que tener los niveles más altos de omega-3 en la sangre como consecuencia del consumo del también llamado pescado azul, aumenta la esperanza de vida en casi cinco años.
El estudio analizó datos sobre los niveles de ácidos grasos en sangre en 2,240 personas mayores de 65 años, monitoreadas durante un promedio de once años. Los investigadores descubrieron que los niveles de omega-3 en los glóbulos rojos son muy buenos predictores del riesgo de mortalidad por cualquier causa.
Fumar resta esperanza de vida mientras que el omega-3 la aumenta
El aumento del 1% de omega 3 en la sangre se asocia con un cambio en el riesgo de mortalidad similar al de dejar de fumar.
La investigación fue realizada por el Instituto de Investigación Médica del Hospital del Mar (IMIM) en colaboración en el Instituto de Investigación de Ácidos Grasos de Estados Unidos y varias universidades de Estados Unidos y Canadá.
Mientras los niveles altos de omega 3 por seguir una dieta que incluye pescado azul aumenta la esperanza de vida en casi cinco años, ser un fumador habitual resta 4.7 años de esperanza de vida, según explica el Dr. Aleix Sala-Vila, investigador del IMIM.
Una investigación previa publicada en Nature Communications muestra que las personas con un índice de omega-3 alto tienen un 13% menos de probabilidades de morir prematuramente en comparación con aquellas con un índice de Omega-3 bajo.
Los autores señalaron que estos hallazgos sugieren que los ácidos grasos omega-3 pueden afectar beneficiosamente la salud en general y, por lo tanto, retrasar el proceso de envejecimiento, y que no solo son buenos para las enfermedades cardíacas. Los ácidos grasos también se han relacionado con una buena salud cerebral, visual y de las articulaciones.
¿Qué hace que las grasas omega-3 sean especiales?
La Escuela de Salud Pública de Harvard explica que las grasas omega-3 son una parte integral de las membranas celulares de todo el cuerpo. “Proporcionan el punto de partida para producir hormonas que regulan la coagulación sanguínea, la contracción y relajación de las paredes arteriales y la inflamación. También se unen a los receptores de las células que regulan la función genética”.
Los omega-3 han mostrado que pueden ayudar prevenir enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares, también favorecen la salud del cerebro y pueden desempeñar funciones protectoras en el cáncer.
Investigadores de la Universidad de Lovaina (UCLouvain) en Bélgica descubrieron que el DHA puede “envenenar” células cancerosas y retrasar el desarrollo de tumores.
El consumo de pescados y mariscos ricos en omega 3 también es muy importante durante el embarazo.
Los omega-3 marinos (que provienen de los pescados y mariscos) son el DHA y el EPA. Los Institutos Nacionales de Salud explican que el DHA es importante para el crecimiento y desarrollo fetal. El DHA está relacionado con el desarrollo óptimo del cerebro y el sistema nervioso del bebé.
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