La razón de por qué las vacunas de la Covid-19 no contienen un chip 5G
Muchas son las teorías conspirativas que circulan en las redes sociales una de ellas afirma que las vacunas Covid-19 contienen microchips que el gobierno o las élites mundiales utilizan para rastrear a los ciudadanos, sin embargo, estas son algunas razones por las que debemos dudar de ellas
Cientos de videos circulan por las redes sociales afirmando que un chip en las vacunas hace que los brazos de las personas se magneticen, otros afirman que les han implantado un chip 5G que recorre su cuerpo con el fin de conocer su localización. Todas esas teorías son falsas.
“Eso no es posible en cuanto al tamaño que requeriría ese microchip”, dijo en entrevista para CNBC el Dr. Matt Laurens, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland, quien también participa en los ensayos de fase tres de las vacunas Moderna y Novavax Covid.
Por si fuera poco, ese microchip tendría que tener una fuente de energía asociada, y además, esa fuente de energía tendría que transmitir una señal a través de al menos una pulgada de músculo y grasa de la piel a un dispositivo remoto, que de nuevo, “simplemente no tiene sentido”.
Una gran cantidad de ciudadanos continúa creyendo que el gobierno de Estados Unidos o las empresas están utilizando la vacuna Covid-19 para “implantar chips” a la población. Las teorías de conspiración se extienden por todo el país e incluso fueron el origen a las falsas afirmaciones que relacionan la red 5G con la enfermedad que provocó por lo menos 133 ataques e incendiarios equipos y antenas de telecomunicaciones además de que el personal de las compañías sufrió de maltrato físico o verbal por parte de los ciudadanos.
Existen formas de rastreo más sencillas
Lejos de esas teorías, existen formas en que los gobiernos sí pueden rastrear a los ciudadanos a través de las actividades que realizamos día con día como el uso de los teléfonos celulares, las tarjetas de crédito entre otras cosas pero la vacuna no se encuentra entre ellas.
Las vacunas Covid se administran con agujas de calibre 25 a 22, que tienen diámetros internos de entre unos 0.26 y 0.41 milímetros. Mientras tanto, un chip con funcionalidad 5G es un poco más pequeño que un centavo. El más pequeño de los chips de identificación por radiofrecuencia, o RFID, es efectivamente bastante pequeño, de 0.125 milímetros.
Sin embargo, sólo funcionan cuando están unidos a una antena de bobina que hace que el sistema de un solo chip tenga el tamaño de un grano de arroz, lo que requeriría una jeringa de un diámetro 13 veces mayor que la utilizada para inyectar las vacunas.
Chips bajo la piel
La empresa sueca Biohax International ha desarrollado sistemas de chips RFID que pueden inyectarse bajo la piel.
El chip mide dos por 12 milímetros y es del tamaño de un grano de arroz.
Su fundador, Jowan Osterlund, tiene cuatro bajo su propia piel y ha inyectado unos 6,000 dispositivos en personas de todo el mundo.
Para su aplicación se requiere una aguja mucho más grande que la que se utiliza para la vacuna de COVID-19, y todavía es demasiado pequeña para incluir una fuente de energía o capacidades de seguimiento.
Los chips RFID están disponibles en el mercado desde la década de 1970. Almacenan una cantidad minúscula de datos, que pueden ser leídos por otros dispositivos cercanos habilitados con tecnología de comunicación de campo cercano, o NFC.
La tecnología RFID y la NFC permiten, por ejemplo, pagar sin pasar la tarjeta de crédito y acceder sin llave a los edificios y al transporte público. Así es también cómo se utilizan los chips de Biohax.
Es una forma de deshacerte de la cartera, de un llavero, y hasta de las tarjetas de crédito o cualquier otro dispositivo que tengas en tu bolsillo.
Además del tamaño de los chips, las vacunas Covid-19 se inyectan a menos de una pulgada en el músculo del hombro, mucho más profundo que los chips que van justo debajo de la piel y que puedes tocar y verlos. Si por el contrario, estuvieran colocados a una profundidad mayor, no podrían tener comunicación con un teléfono o con algún tipo de lector.
Incluso Bill Gates, el fundador de Microsoft, trató el tema de las teorías conspirativas durante una charla con periodistas en junio.
“No hay chips ni nada de eso, que tengan alguna conexión con este asunto”, dijo Gates.
“Quiero decir, es casi difícil negar estas cosas porque son tan estúpidas o extrañas que incluso repetirlas, casi parece darle credibilidad”.
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El negocio de los datos
Aunque las empresas de telecomunicaciones y redes sociales ganan miles de millones rastreando y vendiendo tus datos, no utilizan las vacunas para hacerlo.
Recuerda que compañías como Facebook o Google saben mucho más de ti por el uso que le das a tu teléfono móvil o la frecuencia con que asistes a un Starbucks que las empresas farmacéuticas.
En el mercado existe una gran cantidad de tecnologías que pueden rastrear a la gente, incluso el malware Pegaso, que infectó a cientos de teléfonos celulares de activistas y periodistas en todo el mundo como en México.
Apple recientemente detuvo su sistema de rastreo de imágenes en la nube para detectar algunos abusos de menores en sus dispositivos ante la protesta de cientos de organizaciones que luchan por la privacidad de los datos y el uso de dispositivos móviles.
Existen formas de rastrear los seres humanos pero las teorías que utilizan el pretexto de las vacunas de la Covid-19 son simplemente falsas debido a que no es posible desarrollar aún esa tecnología.
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