Cinismo en la mirada: Los Houston Astros están cerca de burlarse de todo el béisbol otra vez
Los Astros, equipo que hizo trampa y que realmente no fue sancionado por ello, ha regresado a la Serie Mundial; si se coronan, reirán a carcajadas de los Dodgers, los Yankees y los fans al béisbol en general por salirse con la suya una vez más
Los Astros de Houston están en la Serie Mundial otra vez. Tras obtener el campeonato de la Liga Americana el viernes ellos están a un paso de burlarse de todo el béisbol… burlarse a carcajadas.
Esta vez los Astros no han recurrido a hacer trampa -al menos eso es lo que todos confiamos- para avanzar a la Serie Mundial, la tercera para ellos en los pasados cinco años. Pero no por eso han dejado de ser los villanos del béisbol, por el contrario.
Si los Astros ganan el Clásico de Otoño, la herida por el escándalo del robo de señales sistemático orquestado por el equipo durante las temporadas de 2017 y 2018 se abrirá de nuevo y esta vez será más doloroso que nunca para el béisbol.
Un campeonato de Houston ya sea contra Braves o Dodgers en la Serie Mundial (Atlanta tenía ventaja de 3-2 en su serie antes del juego del sábado) sería humillante para todos porque significaría que el tramposo de nuevo se salió con la suya.
Si los Astros son campeones en los siguientes días será virtualmente imposible para el resto del béisbol asegurar que el título mundial que lograron en 2017 contra Los Ángeles o el banderín conquistado previamente contra los New York Yankees se debieron al robo de señales.
Ni siquiera Alex Cora, orquestador de las trampas, pudo con los Astros
Nadie los ha podido detener este año, ni siquiera el boricua Alex Cora, el principal ejecutor de las trampas de los Astros en 2017 cuando era su coach de banca y que ahora como piloto de los Red Sox vio a Houston dejar a su equipo en solo 1 carrera durante los últimos 26 innings de la Serie de Campeonato, incluyendo la blanqueada decisiva en el juego 6.
Cora fue uno de los pocos individuos sancionados por MLB por el asunto de hacer trampa, siendo suspendido todo 2020. Pero los jugadores de los Astros que participaron en el robo de señales no fueron castigados y su título de 2017 no les fue anulado para indignación general.
La indignación fue mayor cuando tras destaparse los detalles del robo de señales a finales de 2019 las estrellas del equipo se disculparon a medias por hacer trampa. Sus palabras no se escucharon sinceras. Su actitud fue más que nada defensiva, como asumiendo que de todos modos iban a ser los campeones.
Se convirtieron en el equipo más odiado del país, pero en 2020 no tuvieron que lidiar con el desprecio general de los fans debido a los estadios vacíos por la pandemia. Más allá de los pelotazos de represalias de algunos pitchers como Joe Kelly, salieron bien librados.
Este año han escuchado al público, han visto los botes de basura ser lanzados al campo y la verdad han aguantado de manera estoica a las bien merecidas ofensas y provocaciones. Dirigidos por Dusty Baker, un hombre respetado que ha sido el perfecto parapeto a su historia reciente, han sabido reagruparse.
Son un excelente equipo, pero cargarán por siempre con la sombra de sus trampas por las que no pagaron suficiente castigo.
Si nadie puede detener a los Astros en la Serie Mundial ahora que en realidad no tienen un equipo tan completo como aquel de 2017 y si nadie puede darles su merecido, ¿quién podría meter las manos al fuego y asegurar que las trampas marcaron la diferencia en aquella ocasión?
Si los Astros levantan el trofeo, en el fondo de las miradas de quienes antes hicieron trampa habrá redención, pero redención mezclada con prepotencia y cinismo. Luego en su vestidor reirán a carcajadas de los Dodgers, de los Yankees, de los peloteros que los denunciaron, de la prensa y de todos.