Horario de invierno: Consejos para adaptarte pronto al cambio de horario

Estos primeros días o semanas del horario de invierno puede traerte consecuencias físicas. Siguiendo estos tips afrontarás de mejor forma el cambio de hora

Adaptarse horario de invierno

Estos primeros días del nuevo horario sentirás los estragos. Crédito: Shutterstock

Estamos ya muy cerca del invierno; poco a poco, las horas del sol se van reduciendo y es por ello que este domingo hemos hecho ya el cambio de hora, dando así por iniciado oficialmente el llamado horario de invierno.

Los cambios de horarios se vienen haciendo desde hace ya varios años y tienen el propósito de ahorrar energía. Y aunque parecer ser algo positivo, lo cierto es que tiene ciertas repercusiones en la salud y el funcionamiento del organismo.

El horario de invierno durará prácticamente 6 meses y en estos primeros días, e incluso seamanas, puede ser complicado adaptarse al cambio de hora.

Los primeros días suelen ser los más difíciles para nuestro reloj biológico, por lo que es común sentirnos adormecidos y poco productivos, sobre todo por la mañana. Esto ocurre porque nuestro organismo ya está acostumbrado a una rutina de luz y su alteración puede perjudicar la producción de melatonina, una hormona del cuerpo que juega un papel importante en el sueño, la vigilia y el estado de ánimo.

Además, datos de la Sociedad Española del Sueño (SES), aunque el cambio de horario sea de tan solo 60 minutos, altera el tiempo de exposición al sol durante el día y desequilibra el reloj biológico, que tarda varios días, incluso semanas, en reajustarse. Un cambio abrupto en nuestro descanso puede provocar síntomas como irritabilidad, somnolencia, falta de concentración, dolor de cabeza o, incluso, leves molestias digestivas.

Ante todo esto, aquí te compartimos unos tips que te ayudarán a prepararte para la transición del horario.

Consejos para adaptarte mejor al horario de invierno

1) Establecer una rutina de sueño. Según los expertos, nuestro cuerpo necesita alrededor de 24 horas para acostumbrarse a los cambios de horario. No obstante, esto dependerá de nuestra rutina de descanso habitual; si dormimos y nos levantamos aproximadamente a la misma hora todos los días, el cambio será más llevadero.

2) Evita las siestas. Si estás acostumbrado a hacer un descanso después de comer, lo mejor será que durante los primeros días del horario de invierno la reduzcas o la evites para no alterar aún más tu reloj biológico.

3) Aprovechar las horas de luz natural. La luz es fundamental para nuestro ritmo circadiano; los patrones que dictan el reloj interno del cuerpo para comer, dormir y despertar. Por esta razón, en la época de invierno debemos exponernos a la luz lo más pronto posible, intentar abrir las persianas al levantarnos o salir a dar un corto paseo por la mañana para ayudar a nuestro cuerpo a reajustarse.

4) No realizar actividades estimulantes antes de dormir. Lo ideal antes de dormir es que tu cuerpo esté completamente relajado. Evita los entrenamientos físicos intensos pocas horas antes y deja a un lado los aparatos electrónicos, como el teléfono celular, puesto que estimulan el cerebro y pueden interferir en la producción de melatonina.

5) Cenar ligero y temprano. Las cenas abundantes antes de dormir pueden provocar una digestión lenta que produce cansancio y dificultades para conciliar el sueño. Lo recomendable es consumir alimentos ligeros aproximadamente 2 horas antes de acostarte.

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