Petroleros mexicanos eligen por primera vez a sus líderes con voto directo, pero… ¡ya hay denuncias de fraudes!

MEXICO.- La inédita jornada electoral del principal sindicato del país tiene a los mexicanos sin aliento. Petróleos Mexicanos (Pemex) —la empresa que mantiene el salario de los políticos y gobernantes y el funcionamiento del Estado— se encuentra en plena renovación de sus dirigentes laborales a través del voto directo por primera vez en su historia.

Pero este cambio arrancó mal y no como un motivo de celebración nacional porque la elección de los dirigentes locales (en los estados, por secciones) acumula denuncias de prácticas antidemocráticas como la negativa de registro a planillas, comités electorales a modo, intimidación con golpeadores, urnas embarazadas, plazas para votantes y boletas no foliadas.

“Hay temor de que esto se replique a nivel nacional”, advirtió Manuel Fuente, experto en política laboral y catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana, quien asesora a miembros inconformes del gremio que veían en esta apertura una oportunidad de transparencia en la finanzas de la trasquilada empresa paraestatal.

Durante décadas la elección de los líderes era una mera simulación. Las secciones elegían a sus representantes y éstos después votaban por el líder nacional que en los últimos 26 años tenía un nombre: Carlos Romero Deschamps.

Romero Deschamps usaba al sindicato para garantizar votos al partido de gobierno en turno, principalmente del Revolucionario Institucional (PRI). En diversas ocasiones esta institución política se opuso a la transparencia de las finanzas del gremio con el argumento de que se trataba de un asunto interno aún cuando el dinero era público.

El sindicalista ha sido acusado durante varios años de corrupción y desvió de millones de pesos para sus bolsillos personales, sin embargo, permaneció como líder del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) hasta el 2019; luego, se mantuvo como trabajador activo de Pemex con un salario de más de medio millón de dólares anuales hasta marzo pasado.

Calificado como un símbolo de las prácticas que mantienen al país en la desigualdad y la pobreza, Romero Deschamps salió del sindicato, pero su escuela no, ni siquiera con la Reforma Laboral que ordena elecciones a través del voto personal, libre, drecto y secreto de sus agremiados

 ¿Cómo ocurre?

Los problemas para las nuevas elecciones están relacionados con varios vicios de origen. El primero parte de los estatutos que permiten a los dirigentes seleccionar a los integrantes de los comités que organizan las elecciones locales. En reciprocidad, muchos de ellos, favorecen a la gente de los líderes que les dieron la tarea de controlar los comicios. Así se vuelven juez y parte.

Por eso hay quejas de trabajadores que coinciden en que el “comité de elecciones les impidió el registro de las planillas” que tenían nuevos rostros y hacían competencia a los de siempre. La idea es que llegaran solos a las urnas.

En Macuspana, Tabasco, el pueblo natal del presidente, por ejemplo, sólo se registró a un candidato: Raúl Becerra de Dios, quien se quedó con la dirigencia sin ningún contrapeso y los votantes no pudieron más que votar por él.

En Ciudad del Carmen, Campeche, ocurrió algo similar el pasado 16 de noviembre, cuando no se permitió participar a cinco planillas y así quedó “el camino libre”, a la gente de la vieja guardia. 

Abraham Roberto Simón Díaz, representante de una de las planillas rechazadas, dijo que “todo apunta a que los representantes de esa Secretaría del Trabajo se coludieron con los actuales líderes del sindicato para que ganar la gente de Víctor Kidnie de la Cruz al mando desde hace 16 años”.

Otro vicio para modernizar las elecciones ha sido la falta de vigilancia. Luisa María Alcalde, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) dijo que enviaría a 400 servidoras y servidores públicos a vigilar la elección, pero, para la senadora Cecilia Sanchez, quien compite para la dirigencia nacional, esto es insuficiente dada la importancia del evento. 

La sugerencia que tiene es invitar a gente de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), “para tener mayor garantía y protección”. 

Hasta el momento, la legisladora ha recopilado 500 quejas de trabajadores petroleros por irregularidades en las elecciones locales que se están llevando a cabo en estos días y hasta finales de diciembre. El proceso nacional, será en enero: el día de la votacióncoincide con el último día del mes.

A diferencia del proceso nacional que se realizará por urna electrónica cuyo sistema fue diseñado por la STYPS, las elecciones de los dirigentes seccionales sólo se pueden hacer por urna física, tradicional, con papeletas, un modelo que permite trampas al estilo de las elecciones políticas como exigir fotos de voto incondicional a los trabajadores o la siembra de votos.

“Lo que estamos haciendo es impugnar para hacer que se repongan esas elecciones”, precisó la senadora Soto, quien encabeza una demanda colectiva.

La Reforma Laboral empujada por el presidente Andrés Manuel López Obrador y hasta por el Partido Demócrata estadounidense que puso esta condición para apoyar la renovación del Tratado de Libre Comercio, se aprobó en 2019 poco después de la victoria del partido Morena en la Presidencia de la República.

Los cambios legales acorralaron a los sindicatos para poner fin a décadas de prácticas antidemocráticas y corrupción y uno de los primeros pasos fue obligarlos a votar a sus líderes por la vía directa y secreta. Anteriormente, el secretario general lo escogía un pequeño comité de dirigentes que siempre elegían al mismo (Romero Deschamps) y se reciclaban así mismos. 

López Obrador se congració de los cambios e ideó el nuevo proceso, incluido el voto cibernético y dijo que la elección en Pemex sería ejemplar.

Los analistas observan, en principio, buenas intenciones del gobierno, pero dicen que le faltó planeación. “Se organizó todo muy precipitado, sin invitar a representantes de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), sin la opinión de trabajadores independientes en el diseño de proceso electoral de cambio de dirigente, sólo se reunió con el sindicato”, advirtió Fuente.

“Es algo que se debe corregir porque sino sólo servirá para lavar el sucio rostro de los mismos dirigentes que saldrán a lucir como los más democráticos del país”. 

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