Tribunal Supremo podría imponer nuevos límites al aborto en Estados Unidos

El Tribunal Supremo escuchó argumentos sobre las restricciones al derecho al aborto presentadas por Mississippi, un estado que prohíbe la mayoría de los abortos después de las 15 semanas de embarazo, permitiéndolos solo en emergencias médicas o casos de anomalías fetales graves

Protesta en defensa del aborto

Manifestantes defienden el derecho al aborto ante el Tribunal Supremo. Crédito: Shannon Finney | Getty Images

El Tribunal Supremo pareció el miércoles que se inclinará a defender una ley de Mississippi que prohibiría casi todos los abortos después de las 15 semanas de embarazo, lo que sería una ruptura dramática con respecto a más de 50 años de fallos legales en favor del derecho al aborto en Estados Unidos.

Los jueces escucharon 90 minutos de argumentos orales en el desafío más directo al precedente que sostiene el derecho al aborto en el país, el caso de Roe v. Wade de hace casi tres décadas.

Los argumentos son de un caso que el Tribunal Supremo no decidirá hasta 2022 -como muy tarde a principios de julio- y que gira en torno a una ley de Mississippi que prohibiría el aborto a partir de las 15 semanas en ese estado, donde solo queda una clínica que ofrece ese servicio.

El caso presentado por Mississippi, Dobbs contra la Organización para la Salud de las Mujeres Jackson, desafía la constitucionalidad de los abortos hechos después de la semana 15.

La mayoría de los magistrados conservadores de la corte sugirieron que estaban preparados para descartar el estándar anterior del tribunal que impedía a los estados prohibir el aborto antes de que el feto se vuelva viable, lo que generalmente se considera alrededor de las 24 semanas de embarazo.

Después del argumento del miércoles, no quedó claro si la corte tomaría el paso adicional de anular explícitamente sus precedentes de aborto, incluido Roe v. Wade.

¿Qué es Roe vs Wade?

En 1973, la Corte Suprema legalizó la interrupción voluntaria del embarazo en EE.UU.

Con un voto de siete contra dos, los jueces resolvieron que los gobiernos no tenían el derecho de prohibir los abortos. La resolución se basó en la decisión de que el derecho de una mujer de poner fin a su embarazo era una libertad de elección personal en asuntos de familia, protegida por la 14ª Enmienda de la Constitución.

Mayoría conservadora de jueces

La bancada conservadora de la corte, formada por seis de los nueve jueces del Supremo, dio señales de que planea respaldar la legislación de Mississippi, lo que implicaría reducir los parámetros en los que es legal acceder al aborto en Estados Unidos.

Los tres jueces más liberales advirtieron que el alto tribunal parecería ser un organismo político si rechazara las sentencias sobre aborto en las que el país ha confiado durante décadas.

“Es particularmente importante mostrar que lo que hacemos para revocar un caso se basa en principios y no en presión social”, advirtió el juez Stephen Breyer.

La jueza Sonia Sotomayor preguntó: “¿Esta institución sobrevivirá al hedor que esto crea en la percepción pública de que la Constitución y su lectura son solo actos políticos? No veo cómo es posible “.

Y la jueza Elena Kagan dijo que la corte no debe actuar de una manera que haga que la gente piense que es “una institución política que irá de un lado a otro, dependiendo de qué parte del público grite más fuerte o de los cambios en la membresía de la corte”.

¿Un nuevo límite al aborto?

Desde que el Supremo legalizó el aborto en 1973 con su decisión “Roe versus Wade”, esa práctica se ha permitido en Estados Unidos hasta el momento de “viabilidad” del feto fuera del vientre materno, un límite que ahora está en torno a las 23 o 24 semanas de embarazo.

El debate en la audiencia giró en torno a dos posibilidades: la de eliminar ese estándar de “viabilidad” y establecer otro límite para el derecho a abortar, y la de derogar directamente la decisión de 1973, lo que permitiría que cada estado prohíba o permita a su antojo la interrupción voluntaria del embarazo.

Acabar con esos precedentes es, desde hace una década, la meta de varios estados conservadores, que han aprobado cientos de restricciones al aborto contrarias a los parámetros de 1973, con el objetivo explícito de que el Supremo aceptara pronunciarse sobre alguna y derogara “Roe versus Wade”.

Si se anula del todo ese precedente, se espera que alrededor de la mitad de los estados del país tomen medidas para vetar el aborto.

Eso implicaría que aproximadamente la mitad de las mujeres en edad reproductiva de Estados Unidos, unos 36 millones, se quedarían sin acceso a ese servicio en el territorio donde viven, según cálculos de Planned Parenthood, la mayor red de clínicas de salud reproductiva de EE.UU.

“Los efectos en el mundo real de derogar ‘Roe’ y ‘Casey’ serían graves e inmediatos”, advirtió durante la audiencia la fiscal general de Estados Unidos, Elizabeth Prelogar, que habló en nombre del gobierno del presidente Joe Biden.

Prelogar pidió respetar el precedente marcado por el propio Supremo y opinó que esa corte “nunca ha revocado un derecho tan fundamental” para los estadounidenses como es la libertad de abortar.

Con información de EFE

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