COVID: Subvariante BA.2 de Ómicron podría causar una enfermedad más grave
Un estudio preliminar realizado por investigadores de la Universidad de Tokio, expone que la subvariante BA.2 de Ómicron se propaga más rápido y parece capaz de generar una enfermedad más grave
El virus BA.2, una subvariante de la variante Ómicron del coronavirus, no solo se está propagando más rápido, sino que también puede causar una enfermedad más grave y parece capaz de frustrar algunas de las armas clave que tenemos contra el Covid, sugiere una nueva investigación, citada por CNN en español.
Nuevos experimentos de laboratorio de Japón muestran que la subvariante de Ómicron BA.2 puede tener características que la hacen tan capaz de causar enfermedades graves como las variantes más antiguas del COVID-19, incluida la variante delta.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) actualmente está monitoreando la variante original de Ómicron, BA.1, junto con varias subvariantes adicionales BA.1.1, BA.2 y BA.3. La subvariante BA.2 se ha denominado Ómicron “sigiloso” porque tiene mutaciones genéticas que podrían hacer que sea más difícil distinguirla de la variante Delta mediante pruebas de PCR, en comparación con la versión original de Ómicron.
Científicos daneses dicen que la subvariante BA.2 de Omicron es 1.5 veces más transmisible que la cepa Ómicron original. Si bien actualmente no hay evidencia de que el linaje BA.2 sea más grave que el linaje BA.1, los expertos advirtieron que BA.2 podría extender la ola actual de infecciones por COVID-19 en Estados Unidos, según la Asociación Médica de Estados Unidos (AMA).
Al igual que Ómicron, esta subvariante del coronavirus parece escapar en gran medida a la inmunidad creada por las vacunas.
La subvariante BA.2 también es resistente a algunos tratamientos, incluido el sotrovimab, el anticuerpo monoclonal que se usa actualmente contra Ómicron.
Los hallazgos de la investigación realizada en Japón se publicaron este miércoles como un estudio preliminar en el servidor bioRxiv, antes de ser revisados por expertos.
“Desde la perspectiva humana, podría ser un virus peor que el BA.1 y se podría transmitir mejor y causar una enfermedad peor”, dijo a CNN el Dr. Daniel Rhoads, jefe de sección de microbiología en la Clínica Cleveland en Ohio, que revisó el estudio pero no participó en la investigación.
BA.2 está altamente mutado en comparación con el virus original que causó Covid y que surgió en Wuhan, China. También tiene docenas de cambios genéticos que son diferentes de la cepa Ómicron original, lo que lo hace tan distinto del virus pandémico más reciente como lo eran las variantes alfa, beta, gamma y delta entre sí.
Kei Sato, investigador de la Universidad de Tokio que realizó el estudio, argumenta que estos hallazgos prueban que BA.2 no debe considerarse un tipo de ómicron y que debe ser monitoreado más de cerca.
“Esto se debe a que no aparece en las pruebas de PCR como una falla en el objetivo del gen S, como lo hace Ómicron. Por lo tanto, los laboratorios tienen que dar un paso más y secuenciar el virus para encontrar esta variante. Establecer un método para detectar BA.2 específicamente sería lo primero” que muchos países deben hacer, dijo Sato.
Datos mixtos sobre la gravedad de la subvariante BA.2
BA.2 es entre un 30% y un 50% más contagiosa que Ómicron. Se ha detectado en 74 países y 47 estados de Estados Unidos.
Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) estiman que alrededor del 4% de los estadounidenses con COVID-19 ahora tienen infecciones causadas por BA.2, pero en otras partes del mundo tienen más experiencia con esta subvariante.
Hay evidencia contradictoria sobre la gravedad de BA.2 porque las hospitalizaciones continúan disminuyendo en países donde BA.2 se ha afianzado, como Sudáfrica y Reino Unido. Pero en Dinamarca, donde BA.2 se ha convertido en la principal causa de infecciones, las hospitalizaciones y las muertes están aumentando, según la OMS.
Resistente a los tratamientos con anticuerpos monoclonales
Similar a la variante ómicron original, BA.2 fue capaz de romper los anticuerpos en la sangre de las personas que habían sido vacunadas contra el COVID-19. También era resistente a los anticuerpos de las personas que habían sido infectadas con COVID-19 al principio de la pandemia, incluidos aquellos con las variantes alpha y delta. Y BA.2 fue casi completamente resistente a algunos tratamientos con anticuerpos monoclonales.
Pero hubo un punto positivo: los anticuerpos en la sangre de las personas que recientemente habían tenido Ómicron también parecían tener cierta protección contra BA.2, especialmente si también habían sido vacunados.
Y eso plantea un punto importante, según dijo a CNN Deborah Fuller, viróloga de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington: aunque BA.2 parece más contagiosa y patógena que Ómicron, es posible que no termine causando una ola más devastadora de infecciones por COVID-19.
En este momento, dice Fuller, estamos en una carrera contra el virus, y la pregunta clave es, ¿quién está a la cabeza? “Lo que en última instancia queremos es que el anfitrión esté por delante del virus. En otras palabras, nuestra inmunidad, que esté un paso por delante de la próxima variante que salga, y no sé si estamos allí todavía”.
Por esa razón, Fuller dijo que cree que no es el momento de que las comunidades levanten los mandatos de mascarillas.
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