Una empresa de energía eólica mata a 150 águilas en EE.UU. y ahora pagará millones tras declararse culpable

La empresa de energía eólica ESI Energy deberá pagar más de $8 millones de dólares por violar la Ley del Tratado de Aves Migratorias

Una empresa de energía eólica mata a 150 águilas en EE.UU. y ahora pagará millones tras declararse culpable

La compañía reconoció más muertes de águilas reales y calvas en 50 parques eólicos afiliados.  Crédito: David McNew | Getty Images

ESI Energy, una subsidiaria de NextEra Energy, uno de los mayores proveedores de energía renovable de Estados Unidos, deberá pagar más de $8 millones de dólares tras declararse culpable de la muerte de al menos 150 águilas en los parques eólicos que tiene en 8 estados.

De acuerdo con la fiscalía federal, la empresa fue acusada de tres cargos de violación de la Ley del Tratado de Aves Migratorias.

Los cargos surgieron por la muerte de nueve águilas en tres parques eólicos en Wyoming y Nuevo México.

Sin embargo, además de esas muertes, la compañía reconoció otras de águilas reales y calvas en 50 parques eólicos afiliados a ESI y NextEra desde 2012, dijeron los fiscales.

Esos parques se encuentran en ocho estados: Wyoming, California, Nuevo México, Dakota del Norte, Colorado, Michigan, Arizona e Illinois.

La construcción de este tipo de infraestructura también se ha ampliado en otros estados como California, en donde se aprovechan las costas para su construcción.

Cómo murieron las águilas

Los documentos señalan que casi todas las águilas que murieron fueron golpeadas por las aspas de las turbinas eólicas.

Algunas turbinas mataron a varias águilas y debido a que no siempre se encuentran los cadáveres, las autoridades dijeron que el número probablemente era mayor que las 150 aves citadas.

Los fiscales dijeron que el hecho de que la compañía no tomara medidas para proteger a las águilas o no obtuviera permisos para matar a las aves le dio una ventaja sobre los competidores que tomaron tales medidas.

Incluso cuando ESI y otras afiliadas de NextEra recibieron cientos de millones de dólares en créditos fiscales federales de la energía eólica que producían.

NextEra, con sede en Juno Beach, Florida, se anuncia a sí misma como la empresa de servicios públicos más grande del mundo por valor de mercado.

Tiene más de 100 parques eólicos en EE.UU. y Canadá, y también genera gas natural, energía nuclear y solar.

Como respuesta, el vocero de NextEra, Steven Stengel, dijo que la compañía no buscó permisos porque cree que la ley no los requiere para muertes accidentales de aves.

Parques eólicos, un peligro para águilas reales

En EE.UU. se considera ilegal matar o dañar águilas según la ley de aves migratorias.

Sin embargo, una amplia gama de industrias, desde empresas de energía hasta empresas manufactureras, han cabildeado durante años contra la aplicación de la ley por muertes accidentales de aves.

El águila calva, símbolo nacional de EE.UU. desde la década de 1700, vio diezmadas sus poblaciones en el siglo pasado debido a pesticidas nocivos.

Luego tuvo una recuperación dramática y se cree que ahora hay más de 300,000 águilas calvas en el país, sin incluir Alaska.

Sin embargo, a las águilas reales no les ha ido tan bien. Aunque su población es considerada estable, existe un latente peligro en los parques eólicos, las colisiones con vehículos, los tiroteos ilegales y el envenenamiento por munición de plomo.

La mayoría de las águilas muertas en los parques eólicos de ESI y NextEra eran águilas reales, según documentos judiciales.

Se estima que hay 31,800 águilas reales en el oeste del país, con unas 2,200 aves muertas anualmente debido a causas humanas, según un estudio publicado por investigadores de águilas del Servicio de Pesca y Vida Silvestre y otras entidades.

Históricamente, las empresas han podido evitar el enjuiciamiento en virtud de la ley centenaria del Tratado de Aves Migratorias si toman medidas para evitar muertes y buscan permisos para las que ocurren.

Los documentos de acusación decían que se advirtió a los representantes de la empresa, incluido el presidente de ESI, que se mataría a las águilas si construían dos parques eólicos en el centro y sureste de Wyoming.

También sabían del riesgo que corrían las águilas cuando autorizaron la repotenciación de un parque eólico en Nuevo México, a unas 170 millas (274 kilómetros) de Albuquerque.

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