Maldición de la lotería: 5 ganadores que su suerte se convirtió en su perdición

Los ganadores de la lotería que visto cómo su suerte se convierte en perdición se dice que son víctimas de la llamada maldición de la lotería. Si bien perderlo todo puede ser consecuencia de un mal manejo de sus recursos, hay factores ajenos a ellos que jugaron en su contra y que bien pudieran ser atribuidos a fuerzas negativas.

Divorcio, muerte, bancarrota y soledad son algunas de las consecuencias de estar malditos. Los millones de dólares, lejos de hacerlos felices y prósperos, los llevó a un espiral descendiente de mala fortuna en otros aspectos de su vida. Y he aquí cuando dicen que hubieran preferido deshacerse del ticket ganador y continuar con sus vidas como antes.

Conoce la historia de 5 ganadores que les cayó la maldición de la lotería.

Andrew “Jack” Whittaker, ganador de $113 millones de dólares

En la mañana de la Navidad de 2002 amaneció con la noticia de haber ganado $113 millones de dólares, el premio del Powerball más grande jamás otorgado en ese momento. Si bien parte de ese dinero lo destinó a obras benéficas como donaciones a fundaciones e iglesias, eso no impidió que fuera golpeado por la maldición de la lotería.

Al convertirse en una persona famosa en su localidad muchos intentaban hacerse de sus millones. Una noche le fue robado medio millón de su auto mientras estaba en un club nocturno y su empresa recibió demandas que le costaron millones en honorarios. El estrés lo llevó a sumergirse en el alcohol y las mujeres, situación que deterioró su matrimonio de 14 años, según reseñó en un artículo el sitio Live About.

Pero lo peor estaba por llegar. En una casa de su propiedad, el novio de su nieta murió de una sobredosis y un año después también pereció su nieta en circunstancias sospechosas; 7 años después su hija también murió y para finalizar el trágico cuadro su esposa le pidió el divorcio.

Curtis Sharp, ganador de $5 millones de dólares

En 1982 el lavaplatos Curtis Sharp ganó $5 millones de dólares en la lotería. Gastó su dinero en fiestas, mujeres, casas nuevas y coches lujosos por lo que se convirtió en uno de los ganadores más conocidos de la época.

Un año después de ganar el premio, se divorció de su esposa y se casó con su amante en una gran boda; 5 años después se volvió a divorciar. Comenzó a beber mucho y gastar más de lo que podían cubrir sus cheques, por lo que el dinero se le esfumó de las manos e incluso tuvo que pedir prestado a su primera esposa.

William Post, ganador de $16,2 millones de dólares

William Post empeñó sus pocas posesiones para obtener $40 dólares y gastarlos en billetes de lotería. Para su fortuna ganó $16,2 millones de dólares, pero tanta cantidad de dinero lo abrumó. Gastó en solo dos semanas $400,000 dólares y después de un año tenía una deuda de medio millón. ¿Qué pasó?

Su novia lo demandó porque le prometió compartir el premio si él ganaba. El alegato judicial salió a favor de su pareja y no pudo pagarle porque su dinero de lotería fue congelado. Se declaró en bancarrota y solo pudo obtener $2,6 millones de dólares, los cuales gastó rápidamente. A lo largo de su corta vida de millonario tuvo 6 esposas y su hermano contrató un sicario para matarlo y heredar el dinero.

Cuando la vida lo colocó nuevamente a donde inició se metió en problemas. Fue arrestado por asalto y comenzó a vivir de asistencia social.

Willie Seeley, ganador de $450 millones de dólares

Willie Seeley formó un grupo de 15 compañeros de trabajo para jugar a la lotería. Se hicieron nombrar los “Oceans 16” y su boletó resultó uno de los 3 ganadores de $450 millones de dólares. Entonces comenzaron los problemas. El premio se dividió en 3 partes y la correspondiente al grupo fue dividida entre los 16 miembros y después de impuestos, sólo recibió $4 millones de dólares.

Esta cantidad la gastó, junto con su esposa, en vehículos, ayudar a familiares y renunciaron a sus trabajos. Sin embargo, pronto se dieron cuenta que el dinero no era suficiente para sostener su cómoda vida.

Abraham Shakespeare, ganador de $40 millones de dólares

En 2006 Abraham Shakespeare resultó el ganador de un premio de $40 millones de dólares. Fue muy generoso con su dinero, ayudó a quienes se lo pedían y era muy amable, pero eso no impidió que la maldición de la lotería tocara a su puerta.

Shakespeare era una persona que no sabía leer y había pisado la cárcel. Caminando con un compañero de trabajo se detuvo en una tienda y le pidió a su colega un par de dólares para comprar un billete de lotería. Este se los prestó y Cuando se enteró que ganó la lotería lo llevó a los tribunales argumentando que le había robado los boletos. Abraham Shakespeare ganó el juicio, pero solo era preludio de lo que vendría a continuación.

Conoció a una persona llamada Dee Dee Moore quien dijo que quería escribir sobre sus experiencias y ayudarle a administrar su dinero. Él estuvo de acuerdo, pero ella comenzó a robarle miles de su cuenta bancaria e incluso se adueñó de su casa. Tiempo después Moore asesinó a Shakespeare y lo enterró en casa de su novio.

Trató de esconder el crimen haciendo parecer que continuaba vivo mandando mensajes de texto desde su celular y sobornando a su familia para decir que estaba vivo, pero tiempo después fue descubierta y condenada por asesinato en primer grado.

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