El FBI registró hasta el guardarropa de Melania y pasó horas en la oficina privada de Trump durante la redada en Mar-a-Lago

Los agentes del FBI registraron el guardarropa de Melania Trump y pasaron varias horas revisando la oficina privada de Donald Trump, rompiendo su caja fuerte y rebuscando en los cajones cuando allanaron la casa de la ex primera familia en Mar-a-Lago en Florida el lunes por la mañana.

La orden de registro utilizada por el FBI para ingresar a la propiedad palaciega de Palm Beach se centró únicamente en los registros presidenciales y la evidencia de información clasificada almacenada allí, según publicó el diario New York Post.

Una fuente cercana al ex presidente expresó su preocupación de que los agentes del FBI o los abogados del Departamento de Justicia que realizaron la búsqueda pudieran haber “plantado cosas” porque no permitieron que los abogados de Trump entraran al edificio de 128 habitaciones para observar la operación que duró más de nueve horas.

La redada de más de 30 agentes vestidos de civil del Distrito Sur de Florida y la Oficina de Campo de Washington del FBI se extendió a través de los cuartos privados de 3,000 pies cuadrados de la familia Trump, así como a una oficina separada, caja fuerte y una sala de almacenamiento cerrada con llave en el sótano en el que se almacenaron 15 cajas de cartón con material procedente de la Casa Blanca.

Los federales llegaron a las 9 a.m. y no se fueron hasta las 6:30 p.m.

Un testigo presencial de la redada dijo que todas las cajas fueron confiscadas por agentes federales el lunes, pero se desconoce si se llevaron algo más, ya que el FBI no proporcionó una lista detallada de los artículos.

Las cajas contienen documentos y recuerdos de la presidencia de Trump, que supuestamente incluyen cartas de Barack Obama y Kim Jong Un, y otra correspondencia con líderes mundiales.

Una fuente legal dijo que la Administración de Servicios Generales había empacado las cajas y las había enviado a Mar-a-Lago cuando Trump dejó el cargo en enero de 2020.

Los abogados de Trump, encabezados por Evan Corcoran, habían estado cooperando plenamente con las autoridades federales en la devolución de los documentos a la Administración Nacional de Archivos y Registros, según las fuentes.

En mayo, Corcoran otorgó acceso a la sala de almacenamiento sin ventanas de Mar-a-Lago a los agentes del FBI que pasaron varias horas buscando en las cajas. Trump pasó por el sótano para saludar en un momento, señaló un testigo presencial.

Desde entonces, la familia Trump se mudó durante el verano a su finca de golf en Bedminster, Nueva Jersey.

Mar-a-Lago está cerrado durante la temporada y solo estuvo presente un mínimo de personal, incluidos los jardineros, durante la redada del lunes.

Se cree que el acceso al club de campo privado de 20 acres fue otorgado por agentes del Servicio Secreto de EE.UU. fuertemente armados estacionados en las puertas principales y equipados con carabinas M4.

Los abogados del ex presidente, a quienes el allanamiento tomó por sorpresa, llegaron una hora después.

El FBI no habría ejecutado una orden sin notificar primero al Servicio Secreto, según un agente retirado de alto rango.

“El asesor legal del Servicio Secreto, probablemente les hubiera ordenado que vieran una copia de la orden y luego retrocedieran”.

Una vez dentro de los cuartos privados revestidos de mármol blanco con aire acondicionado, los agentes se dispersaron para registrar cada habitación, mientras que los abogados de Trump instruyeron al personal sorprendido para abrir las puertas y proporcionar acceso al FBI a cada habitación, incluido el suntuoso dormitorio principal estilo Versalles, renovado por Melania hace dos años.

Otro grupo de agentes, incluido un ladrón de cajas fuertes profesional, se trasladó a una parte separada del enorme edificio de estuco español de 1924 para registrar la oficina y la caja fuerte de Trump.

Un testigo presencial describió el comportamiento de los tres abogados del Departamento de Justicia que acompañaron al FBI como “arrogante”, y repetidamente dijeron a los representantes de Trump: “Tenemos pleno acceso a todo. Podemos ir a todas partes”.

A pesar de la sofocante temperatura de 91 grados el lunes, los federales prohibieron a los abogados de Trump refugiarse dentro del fresco vestíbulo u observar la búsqueda de cualquier manera.

Los dejaron afuera bajo el sol abrasador cerca de un estacionamiento.

Los federales ordenaron a los representantes de Trump que apagaran las cámaras de seguridad, pero se negaron.

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