Vendedor ambulante hispano, cuyo puesto de frutas fue destruido a hachazos, regresó a vender en la misma esquina en Woodland Hills
Una semana después de perder su puesto, Jonathan Álvarez Márquez regresó a la misma esquina a vender sus vasos de frutas; los residentes de Woodland Hills le manifestaron su apoyo al vendedor hispano
Residentes de Woodland Hills apoyan al hispano comprando sus productos. Crédito: PATRICK T. FALLON | AFP / Getty Images
Un vendedor ambulante hispano, cuyo puesto fue destruido por un hombre a hachazos la semana pasada, regresó a trabajar este domingo en la misma intersección en Woodland Hills.
Residentes de esta localidad manifestaron su apoyo al joven vendedor Jonathan Álvarez Márquez y aseguraron que no van a tolerar ese tipo de violencia.
El ataque ocurrió la semana pasada en la intersección de Dumetz Road y Canoga Avenue, incidente que fue captado en video, en el que se observa a un hombre acercándose al puesto de frutas, el cual comenzó a destruir.
Por seguridad, Álvarez Márquez se alejó una cuadra, pero continuó grabando el incidente.
Este domingo, decenas de personas hicieron fila para comprar algunos de los vasos llenos de fruta recién cortada que ofrecía el hispano.
Álvarez Márquez dijo estar agradecido con quienes lo ayudaron a recuperarse, especialmente aquellos que donaron a una cuenta de GoFundMe creada para él.
“Me gusta trabajar. Me gusta lo que hago”. expresó Márquez.
El hispano mencionó que disfruta su lugar en Woodland Hills debido al intenso tráfico peatonal, lo que le da la oportunidad de hacer ventas.
Los residentes afirmaron saber quién es el atacante y que la policía está familiarizado con él después de que lo arrestaron en marzo por un ataque similar a otro vendedor ambulante.
“Sabía que volvería a suceder. De hecho, después de que vi la primera vez, (el sospechoso) publicó un manifiesto de tres páginas lleno de odio, violencia y amenazas, y todo esto fue entregado a la policía”, dijo Leslie Jacobs, residente de Woodland Hills.
En el caso de Márquez, los investigadores dijeron que parecía ser un caso de delito grave de vandalismo.
Una semana después, Márquez y su puesto de frutas están de regreso en la misma esquina donde ocurrió el ataque. Excepto que esta vez, cuenta con el apoyo de la comunidad.
“Simplemente no hay nada en ningún libro que diga que levantar un hacha y perseguir el equipo de un tipo, o él, está bien”, expresó Mark Webb, otro residente de Woodland Hills.
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