Enfermos y sin residencia sobreviven los inmigrantes que limpiaron la zona cero del 11S
Se calcula que al menos 2.000 latinos trabajaron en la remoción de escombros y resididos ocasionados por el atentado terrorista en Nueva York
A más de dos décadas del atentado que sufrieron las Torres Gemelas en Nueva York, centenares de trabajadores indocumentados empleados para realizar labores de limpieza, sobreviven enfrentando las secuelas generadas por expirar polvos y sustancias dañinas para su salud, sin que el gobierno haga nada por ayudarlos a conseguir la residencia en Estados Unidos.
Una regularización migratoria sería lo mínimo que podrían obtener como compensación por los problemas de salud que afrontan por aquel duro trabajo y que en algunos casos ha costado la vida de otros compañeros.
“Su salud se sigue agravando, y esta es una triste realidad con la que viven”, comentó recientemente Rosa Bramble Caballero, trabajadora social clínica, especialista en traumas migratorios, que ayuda a un grupo de estos inmigrantes tanto profesionalmente como a través del grupo Nuestros Héroes, que ella fundó y dirige.
Trabajaban y comían en un ambiente toxico
Durante una rueda de prensa, la defensora de los indocumentados recordó que, tras el atentado terrorista de 2001, estos inmigrantes, en su mayoría latinos, “nunca dudaron” en realizar el duro trabajo de la limpieza de edificios comerciales y de vivienda, aunque no sabían que aquellas labores que realizaban envueltos en cenizas y polvo los exponía a la contaminación con sustancias químicas.
“Nunca les pidieron documentos” en aquellos momentos para hacer su trabajo, argumentó la venezolana Bramble Caballero, quien además asegura que muchos se enfermaron y regresaron a sus países, donde murieron, y otros se quedaron en Estados Unidos.
En las tareas de limpieza del lugar del atentado, estos inmigrantes trabajaron sin la protección adecuada o sin ninguna en absoluto y comían en el mismo lugar donde limpiaban, recordó la directora ejecutiva de Nuestros Héroes, que opera bajo Alianza Venezolana para el Apoyo de la Comunidad, la cual ayuda a los trabajadores, tanto en la lucha para alcanzar su reclamo como con fondos a través de donaciones.
Sin respuesta a las propuestas de apoyo
Los inmigrantes han aguardado por años a que se someta un proyecto de ley en el Congreso que les brinde protección y les coloque en el camino hacia la ciudadanía.
En 2017 el entonces congresista Joe Crowley presentó una propuesta en beneficio de socorristas y trabajadores de limpieza, pero nunca fue discutida en el Congreso, señaló la activista.
Luego de perder Crowley las elecciones frente a Alexandria Ocasio Cortez, la nueva congresista prometió volver a presentar el proyecto y tras varias reuniones con sus representantes, aún no lo ha hecho, señaló Bramble Caballero, que estima que unos 2.000 latinos trabajaron en las labores de limpieza.
Mientras tanto, inmigrantes como el peruano Franklin Anchahua, uno de los que extrajo escombros en los edificios, enfrenta problemas pulmonares que han reducido su capacidad para respirar, así como estomacales, unos problemas que los médicos han certificado como claramente vinculados con el trabajo en la llamada zona cero.
“Seguimos en la lucha, todos los años la misma burla. Yo tenía buena salud cuando llegué de mi país a Nueva York”, afirmó.
El sudamericano recordó que entre 2004 y 2005 comenzó sentirse enfermo con problemas del estómago y al igual que otros inmigrantes, tuvo temor de acudir a un hospital por su estatus migratorio, por lo que su madre le enviaba hierbas que usaban en su país.
Finalmente, en 2011 acudió a un hospital, donde recibe desde entonces asistencia médica bajo el programa creado para los afectados del 11-S, pero su salud no le permite trabajar.
Anchahua dice que sobrevive con los fondos de compensación a víctimas del 11-s que recibió hace cuatro años “pero ya se están acabando”.
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