Una juez pudo evitar la masacre de Totolapan, pero negó cateos a propiedades de La Familia Michoacana
Las autoridades habían detectado cinco inmuebles, entre ellos un rancho presuntamente propiedad de los líderes de la organización criminal
La masacre de San Miguel Totolapan, en el estado de Guerrero, conmocionó a México, pues aquel fatídico 5 de octubre 20 personas fueron asesinadas, incluido el presidente municipal, Conrado Mendoza Almeda. Información revelada por el subsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Ricardo Mejía Berdeja, indicó que el sangriento capítulo pudo haberse evitado si una jueza hubiera liberado una orden de cateos para propiedades de La Familia Michoacana (LFM).
De acuerdo a la información proporcionada por Mejía, el cateo debía realizarse a finales de julio de este año, por lo que señaló a la jueza Isis Peralta Salvador de dilación de un recurso solicitado por la Fiscalía General del Estado (FGE), como parte de las investigaciones por supuestas actividades criminales de La Familia Michoacana en los municipios de Iguala, Arcelia y San Miguel Totolapan. La orden se negó pese a que en los cinco inmuebles que se buscaba revisar, había evidencia de que estaban personas privadas de la libertad.
“Se solicitó el cateo para cinco inmuebles, entre ellos un rancho presuntamente propiedad de los líderes de la Familia Michoacana en San Miguel Totolapan, sin embargo, esta solicitud fue negada en un primer momento y dos días después la juez de control autoriza el cateo”, indicó Mejía Berdeja.
Según el subsecretario, las 48 horas de dilación para emitir las órdenes de cateo fueron suficientes para que los criminales vaciaran los inmuebles, eliminando restos de las actividades ilícitas que ahí cometían. Además, con el apoyo de pobladores, realizaron bloqueos que impidieron a las autoridades federales realizar las investigaciones.
Casi tres meses después de esto, el 3 de octubre, sucedió un precedente de la masacre, ya que el director de Desarrollo Rural de San Miguel Totolapan, Nazario Domínguez Nájera, fue asesinado, pero su muerte se disfrazó de accidente automovilístico.
Dos días después ocurrió la masacre que sacudió al país entero. Ricardo Mejía Berdeja señaló que “no actuar a tiempo abona a desatar otro tipo de eventos”, por lo que la oportunidad en algunas acciones de carácter persecutorio es determinante.
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