El asesinato del médico Barnett Slepian por realizar abortos
Su asesinato marca el quinto año consecutivo en que un médico que practica abortos en el norte del estado de Nueva York y Canadá se convierte en víctima de un ataque de francotiradores.
El activista estadounidense contra el aborto James Charles Kopp, procesado por la justicia de los Estados Unidos por el asesinato de un médico en el Estado de Nueva York, llega el 17 de mayo de 2001 al juzgado de Rennes. Crédito: VALERY HACHE | AFP / Getty Images
El doctor Barnett Slepian fue asesinado a tiros dentro de su casa en Amherst, Nueva York, por un radical antiaborto.
Slepian y su familia acababan de regresar de los servicios religiosos en su sinagoga cuando una bala destrozó la ventana de la cocina y lo golpeó en la espalda. Cada uno de los cinco ataques, los primeros cuatro de los cuales no resultaron en heridas fatales, ocurrieron a fines de octubre o principios de noviembre.
Los investigadores tanto en Canadá como en los Estados Unidos creían que James Charles Kopp, conocido entre los opositores al aborto como “el perro atómico”, era el responsable del asesinato de Slepian. Aunque se le había visto en las inmediaciones de la casa de Slepian en las semanas previas al asesinato, Kopp, miembro del grupo terrorista Army of God, no apareció por ninguna parte después del incidente.
A raíz del asesinato de Slepian, al menos cuatro médicos en el norte del estado de Nueva York dejaron de ejercer e innumerables miembros del personal de la clínica dejaron sus trabajos.
Tras el asesinato de Slepian, una seria campaña contra el terror antiaborto redujo el número de incidentes violentos.
En 1999, por primera vez en seis años, no hubo ataques de francotiradores contra ningún médico durante el transcurso del año. A medida que el siglo XX llegaba a su fin, Kopp seguía prófugo, a pesar de una recompensa de 500.000 dólares por información que condujera a su captura por parte del Departamento de Justicia y su lugar en la Lista de los Diez Más Buscados del FBI.
En marzo de 2001, las autoridades alcanzaron a Kopp en Europa y lo extraditaron de Francia con la condición de que no fuera condenado a muerte.
El asesino, cuya defensa argumentó que solo tenía la intención de herir a Slepian, fue declarado culpable de asesinato en segundo grado. El 9 de mayo de 2003, Kopp fue condenado a 25 años de prisión perpetua.
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