Por qué vivir en hogares fríos aumenta riesgo de problemas de salud mental
Es posible combatir los sentimientos de tristeza y soledad, haciendo ejercicio, teniendo una mascota y plantas que te ayuden a mantener tu conexión con lo natural
Según informa ‘Psychology Today’, el bajo estado de ánimo en estos tiempos se vuelve tan grave que algunas personas tienen dificultades para funcionar en el trabajo, en las relaciones o con las actividades básicas de la vida diaria.
Estos individuos cumplen los criterios para el Trastorno Afectivo Estacional (S.A.D. por sus siglas en inglés).
Las preocupaciones sobre el combustible, los alimentos, el trabajo u otras vinculadas a la vida diaria también influyen en el estado de ánimo.
Hablando a nivel físico, se sabe que las temperaturas más frías suprimen el sistema inmunológico, pero hasta ahora desconocíamos poco sobre los efectos en la salud mental.
Por ello, una nueva investigación muestra que vivir en un hogar frío es un riesgo significativo para la salud mental.
Vivir en un hogar frío puede afectar tu salud mental de varias maneras. Para muchos, los costos de calefacción son una fuente de estrés y tensión financiera.
Con menos exposición a la luz solar, nuestros estados de ánimo corren el riesgo de disminuir durante los meses de invierno. Además, en los meses más fríos, la mayoría tendemos a realizar menos actividad física.
No poder mantener tu hogar y familia cómodamente calientes reduce los sentimientos de control y autonomía sobre tu entorno. Las personas que no pueden calentar su hogar a menudo adoptan mecanismos de afrontamiento que limitan la socialización.
Riesgo de trastornos mentales
Usando datos de una gran muestra representativa de adultos en el Reino Unido y cuando los hogares de las personas se enfriaban, el riesgo de sufrir trastornos mentales graves aumentaba significativamente.
Para las personas que anteriormente no tenían problemas de salud mental, las probabilidades de angustia mental grave se duplicaron cuando tenían un hogar frío, mientras que para aquellas que tenían algunos (pero no graves) síntomas de salud mental, el riesgo se triplicó.
El riesgo de vivir en un hogar frío difiere mucho entre la población del Reino Unido, donde se realizó el estudio. Los padres solos y las personas que están desempleadas o enfermas durante mucho tiempo tienen muchas más probabilidades de vivir en hogares fríos.
También existe una desigualdad significativa entre los grupos étnicos: más del 12 % de los negros viven en hogares fríos en comparación con menos del 6 % de los británicos blancos, por ejemplo.
Las recomendaciones básicas para combatir sentimientos como la tristeza invernal son hacer ejercicio en casa, ver amigos, usar ropa abrigada, cajas de luz, tener una mascota y plantas que te ayuden a mantener tu conexión con lo natural.
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