Sur de California deja la categoría de “sequía extrema” gracias a las recientes tormentas invernales
De acuerdo con el Monitor de Sequía de los Estados Unidos, gran parte del sur de California entró al nivel de sequía "moderada"; especialistas dicen que las tormentas no terminarán por completo con la sequía que prevalece en California
Desde la mañana de ese jueves, el sur de California abandonó la categoría de sequía “extrema” y pasó al nivel “moderado”, como resultado de las recientes tormentas invernales que impactaron el estado.
De acuerdo con el mapa del Monitor de Sequía de los Estados Unidos (USDM), regiones de los valles de Antelope y Coachella permanecen en la clasificación de sequía “severa”.
En el mapa del USDM, en el norte de California todavía se puede encontrar una pequeña porción clasificada en sequía “extrema“.
Los datos muestran que la sequía “extrema” descendió del 27.1% que se tenía la semana pasada al 0.32%; mientras que la sequía “grave”, el tercer nivel más alto, bajó del 71% al 46%.
Los resultados publicados en el mapa publicado de este jueves son de los totales de lluvia registrados este martes 10 de enero a las 4:00 a.m. En el transcurso de ese día se tuvieron más precipitaciones, y se esperan más lluvias durante el fin de semana.
Desde finales de diciembre, en el Océano Pacífico se generaron ríos atmosféricos y fenómenos llamados “ciclones bomba” que ocasionaron intensas tormentas que azotaron a California, estado que había padecido condiciones de extrema sequía durante los últimos tres años.
Sin embargo, especialistas destacaron que las condiciones de fuertes lluvias que han prevalecido en las últimas dos semanas no terminará con la sequía, considerada como el periodo más seco en el oeste de los Estados Unidos en los últimos 1,200 años.
Cerca del 46% de California experimenta una sequía “grave”, según el Sistema Nacional Integrado de Información sobre Sequías.
La designación toma como base diversas métricas complejas, como la humedad del suelo, escasez de agua, niveles de arroyos y lagos, así como la capa de nieve y el deshielo.
Las intensas lluvias, que provocaron grandes inundaciones, hasta ahora no beneficiaron tanto a la cuenca del río Colorado, en la región que más ayuda necesita, incluidos los lagos Mead y Powell, que se enuentran en porque se encuentran en el corazón de una megasequía de 22 años.
El Lago Mead se reporta con una capacidad del 28% después de alcanzar mínimos históricos durante el verano pasado.
Las recientes tormentas invernales también se presentaron en momentos en que los especialistas predicen un cambio a largo plazo hacia un clima más cálido y seco.
Los meteorólogos esperan todavía dos tormentas invernales más para los próximos días.
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