La muerte de cinco jóvenes en Tamaulipas pudo ser una ejecución de militares
De acuerdo con las investigaciones, las víctimas no estaban armadas y no se enfrentaron a los miembros de las fuerzas armadas
Alejandro Encinas consideró que se debe investigar a la cadena de mando y no solo a los soldados que accionaron las armas. Crédito: Omar Torres | AFP / Getty Images
El caso de los cinco jóvenes que perdieron la vida a manos del Ejército Mexicano en Nuevo Laredo, Tamaulipas, no ha quedado resuelto, pues todavía existen dudas sobre el actuar de los militares, así como de las presuntas actividades criminales de las víctimas.
Al respecto, el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración del Gobierno mexicano, Alejandro Encinas, señaló que los jóvenes no estaban armados y no se enfrentaron a los miembros de las fuerzas armadas, por lo que su muerte pudo tratarse de una ejecución.
“No se trató de un enfrentamiento con ellos, independientemente de quiénes eran, fueron ejecutados“, reconoció el funcionario en la Cámara de Diputados, agregando que aún falta conocer la investigación realizada por la Comisión Nacional de Derechos Humanos para saber lo sucedido.
“Esperemos a que venga la conclusión de la investigación de la CNDH para dar cuenta de qué pasó, pero evidentemente hay elemento para acreditar que los jóvenes no iban armados y que no había enfrentamiento”, reiteró Encinas.
Al ser cuestionado sobre la responsabilidad de los soldados, subrayó que “quien infringe la ley y comete delitos, debe asumir su responsabilidad”, además de considerar que la investigación debe incluir a la cadena de mando y no solo a los elementos que accionaron las armas, según reveló Efe.
Anteriormente, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró, en conferencia de prensa, que se debe investigar lo sucedido. “Aunque se trate de supuestos sicarios, no se debe de permitir la ejecución de nadie”, afirmó el mandatario mexicano
Cabe recordar que, del ataque ocurrido el pasado 26 de febrero, sobrevivieron dos jóvenes, quienes detallaron que los militares continuaron disparándoles a pesar de que ya estaban tirados en el suelo.
Además, el caso se dio a conocer cuando horas después, los soldados regresaron al lugar de la masacre para retirar el vehículo y los vecinos y familiares de las víctimas intentaron detenerlos, lo que provocó un enfrentamiento a golpes entre los civiles y los uniformados.
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