Parches ansiolíticos contra la ansiedad: cómo funcionan

Los trastornos de ansiedad y la depresión son cargas de salud global que siguen sin ceder, a pesar de los esfuerzos en salud mental a lo largo de las décadas. En 2019, se confirmó que estos trastornos son dos de las principales causas de discapacidad en todo el mundo, afectando a personas de todas las edades y géneros.

La ansiedad, con sus síntomas de tensión, preocupación y aumento de la presión arterial, se diferencia del miedo por su enfoque en amenazas difusas futuras. El estrés, por otro lado, es una respuesta natural a situaciones desafiantes que impulsa a las personas a enfrentar obstáculos.

Ambos comparten similitudes, pero cómo se manejen puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida y los niveles de ansiedad de una persona.

La fisiopatología de la ansiedad implica mediadores importantes como la noradrenalina, la dopamina y el GABA, y está fuertemente relacionada con el sistema nervioso autónomo. La amígdala, una parte del cerebro, también juega un papel crucial en la respuesta al miedo y la ansiedad, lo que la convierte en un objetivo importante para las terapias.

Tratar la ansiedad cuanto antes es lo más importante

El tratamiento de los trastornos de ansiedad es fundamental para mejorar el bienestar y permitir a las personas llevar una vida diaria sin tensión constante. Esto puede proporcionar a los pacientes una mayor calidad de vida, favoreciendo su bienestar físico y mental.

Los parches ansiolíticos, una forma de administración transdérmica de medicamentos (TDDS), han surgido como una alternativa prometedora a las inyecciones y pastillas tradicionales. Los TDDS ofrecen una forma menos invasiva de administrar medicamentos y son especialmente beneficiosos para aquellos que temen las agujas o tienen dificultades con la administración oral.

Este enfoque implica aplicar un parche en la piel que libera gradualmente el fármaco, permitiendo una absorción controlada a través de la epidermis. A diferencia de la administración oral, no se pierde concentración debido al metabolismo y no se ve afectado por factores como el pH, las enzimas y las bacterias intestinales.

¿Realmente son eficaces?

El parche EMSAM, un antidepresivo que utiliza un inhibidor de la monoaminooxidasa (IMAO) a través de TDDS, ha sido aprobado por la FDA durante varios años. Aunque inicialmente bien recibido, su uso ha sido limitado en la práctica clínica debido a posibles efectos secundarios.

Los IMAO, como el EMSAM, se utilizan para tratar trastornos de ansiedad y pánico, evitando la degradación de neurotransmisores importantes en el cerebro. A pesar de los temores iniciales, estudios han demostrado que el parche EMSAM es eficaz con un riesgo reducido de efectos secundarios en comparación con los IMAO orales.

El uso de parches ansiolíticos promete ofrecer a los pacientes una experiencia más cómoda y efectiva en el tratamiento de la ansiedad. La administración controlada y sostenida de medicamentos a lo largo del día puede mejorar el bienestar general, la calidad del sueño y el estado de ánimo de los pacientes, lo que lleva a una mejor calidad de vida.

A pesar de su potencial, la investigación en parches ansiolíticos parece estar rezagada, y la innovación en este campo es limitada. A pesar de la aprobación de EMSAM, no se ha avanzado significativamente en el desarrollo de otros parches ansiolíticos respaldados por evidencia científica.

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