Líder religioso es liberado tras más de 10 semanas de detención por ICE: “Nos trataron como reclusos”
Ayman Soliman relató que durante este período no pudo ver el sol ni el cielo

Mónica señaló directamente a Mario Reyes, asistente del alcaide, como responsable. Crédito: Patrick Semansky | AP
El imán egipcio y capellán hospitalario en Cincinnati, Ayman Soliman, recuperó su libertad después de más de 70 días bajo custodia migratoria en Ohio. Su caso movilizó a organizaciones, abogados y fieles que denunciaron las condiciones de encierro y las acusaciones sin pruebas que enfrentó.
Durante este periodo, la comunidad musulmana en Estados Unidos y grupos de derechos civiles exigieron su liberación, señalando que se trataba de un proceso injusto que vulneraba derechos básicos. Finalmente, las autoridades restauraron su estatus de asilo, lo que permitió que saliera del centro de detención.
Un regreso tras la presión comunitaria
La liberación del líder religioso fue celebrada como un triunfo colectivo. Soliman relató a Newsweek que durante más de diez semanas estuvo privado de ver el sol o el cielo, y que los días se sucedían entre aislamiento, restricciones para rezar y condiciones que describió como “deshumanizantes”. Comparó la experiencia con lo que sufrió en cárceles egipcias en el pasado, asegurando que la brutalidad de ambos encierros era similar.

En declaraciones a medios locales y nacionales, sostuvo que fue tratado como un delincuente común y no como un solicitante de asilo, lo que le resultó especialmente doloroso.
Al salir del centro de detención, Soliman fue recibido con lágrimas y abrazos de su comunidad en Cincinnati. Relató que una de las primeras cosas que experimentó fue la emoción de escuchar oraciones colectivas nuevamente, algo que le fue negado durante semanas.
Organizaciones como CAIR y el Fondo Legal Musulmán de América destacaron que su liberación fue posible gracias a la presión pública y al trabajo de abogados que lograron cuestionar la legalidad de su detención.
Un arresto con acusaciones cuestionadas
El caso comenzó en julio, cuando Soliman acudió a una cita rutinaria con funcionarios migratorios. Tras varias horas de entrevistas, fue arrestado y trasladado a una cárcel del condado de Butler, en las afueras de Cincinnati. Según relató, fue entonces cuando le informaron de supuestos cargos relacionados con terrorismo, e incluso de dos asesinatos en Irak, a pesar de que nunca había estado en ese país.

La noticia de esas acusaciones lo dejó atónito, especialmente porque no se le presentó evidencia concreta ni se precisaron detalles como fechas o nombres. En base a esos señalamientos, se le negó inicialmente la posibilidad de salir bajo fianza. El propio Soliman contó que un agente de ICE le confesó que existía una nueva orden que instruía detener a quienes acudieran a revisiones migratorias, sin darles otra opción.
Los días posteriores estuvieron marcados por el aislamiento. Pasó cinco días en confinamiento solitario después de pedir un lugar para rezar, y en ese tiempo no tuvo acceso a su abogado.
Lo que viene para Soliman
Con su salida, el imán asegura haber tenido “un renacer”, aunque reconoce que la experiencia dejó huellas profundas. Su estatus de asilo ha sido restituido y ahora se encuentra a la espera de que se tramite su tarjeta de residencia permanente.
Para sus seguidores, su libertad simboliza una victoria, pero también un recordatorio de las fallas estructurales del sistema migratorio estadounidense y de la necesidad de seguir vigilando casos similares.
Continúa leyendo:
Juez ordena a ICE liberar a inmigrante con DACA en Nuevo México
ICE arresta a jornaleros en redada en Los Ángeles
Tirador de ICE de Dallas quería “causar terror” a los agentes, no a los detenidos, dicen autoridades