Muere a los 66 años el miembro del Salón de la Fama, Kenny Easley
Kenny Easley, leyenda de los Seattle Seahawks, fue uno de los más temidos golpeadores de su tiempo en la NFL
Kenny Easley recibe un homenaje durante la celebración del 40.º aniversario del equipo en el medio tiempo de un partido de la NFL contra los Chicago Bears en Seattle. Crédito: John Froschauer | AP
Kenny Easley, estrella histórica de los Seattle Seahawks y miembro del Salón de la Fama, falleció este viernes a los 66 años. Su muerte fue confirmada por la franquicia, que lamentó la partida de uno de los jugadores más imponentes e influyentes en la historia del equipo.
Durante sus siete temporadas en la NFL, Easley se consolidó como uno de los safeties más dominantes de la década de los ochenta. Fue seleccionado cinco veces al Pro Bowl, tres veces incluido en el primer equipo All-Pro y nombrado Jugador Defensivo del Año de la AFC en 1984. Su estilo físico y su presencia intimidante le valieron el apodo de “The Enforcer”, además de un lugar en el Equipo All-Decade de los 80.
Los Seahawks expresaron su pesar en un comunicado: “Nos entristece profundamente el fallecimiento de la leyenda de los Seahawks, Kenny Easley. Kenny personificó el espíritu Seahawk a través de su liderazgo, tenacidad, intensidad y valentía. Su imponente presencia y su elegancia atlética lo convirtieron en uno de los mejores jugadores de todos los tiempos”.
Ese legado comenzó en 1981, cuando Seattle lo eligió con la cuarta selección del Draft procedente de UCLA. En apenas siete años registró 32 intercepciones, incluidas 10 en 1984, cifra que lideró la liga y marcó uno de los mejores años defensivos en la historia de la franquicia.
Reconocimiento tardío, rupturas y perdón
Jim Porter, presidente del Salón de la Fama, destacó su grandeza al recordar su ingreso en 2017: “Kenny Easley habría sido un safety dominante en cualquier época… sus mayores fortalezas eran su valentía e intensidad” Ese mismo año, Seattle retiró oficialmente su número 45 y este sábado cambió su avatar en X para mostrar su nombre y su dorsal.
La carrera de Easley terminó abruptamente tras la temporada de 1987 debido a una grave enfermedad renal. Posteriormente demandó a los Seahawks, alegando que las altas dosis de ibuprofeno recetadas por el equipo afectaron sus riñones y que le permitieron jugar sin informarle de los riesgos. La disputa se resolvió fuera de los tribunales, pero la relación quedó rota durante más de una década.
Easley se distanció por completo del futbol americano. No vio partidos durante 15 años y, según contó en 2017, estuvo “revolcándose” en su “propia ira” hasta que una intervención de su esposa y un acercamiento del equipo en 2002 cambiaron el rumbo. Ese año ingresó al Ring of Honor de los Seahawks y, aunque tardó otros 15 años en entrar al Salón de la Fama, finalmente obtuvo el reconocimiento que su carrera merecía.
Su fe también marcó su vida. En su discurso en Canton inició con un versículo bíblico compartido por su pastor: “Estar ansioso por nada”. Aquel mensaje lo acompañó durante complicaciones de salud, incluida una cirugía de triple bypass.
Los Seahawks cerraron su despedida con un mensaje dirigido a su familia: “Extendemos nuestras más sinceras condolencias a su esposa, Gail, y a sus hijos Kendrick, Gabrielle y Giordanna”.
Kenny Easley deja un legado profundo, tanto por su impacto deportivo como por su historia de reconciliación, fe y resiliencia.
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