Más del 40% de los niños en Estados Unidos creen que el tocino proviene de las plantas
Un estudio revela que los niños estadounidenses suelen pensar que el tocino y las salchichas son de origen vegetal; de saber de dónde vienen sus alimentos, serían un agente de cambio en la crisis climática
El conocimiento de los niños sobre el origen y los procesos de producción de alimentos parece ser sorprendentemente limitado, según investigadores de la Universidad Furman. En un estudio donde se examinó el conocimiento de los niños sobre el origen vegetal y animal de los alimentos, se encontró que el 41% de los niños participantes creían que el tocino proviene de una planta.
Además de examinar el conocimiento de los niños sobre el origen de los alimentos, también se analizaron los juicios de los niños sobre lo que se puede comer.
En el estudio se encontraron errores generalizados en los conocimientos básicos que tienen los niños sobre alimentos. La muestra estuvo compuesta por 176 niñas y niños de 4 a 7 años de Estados Unidos. La muestra fue diversa tanto racialmente como en términos de estatus socioeconómico.
Los niños pueden ser agentes de cambio en la crisis climática
Los niños reducirían el consumo de carne si supieran de dónde viene y podrían ser agentes de cambio ante la crisis climática. Según los resultados del estudio, los niños no juzgan a los animales como fuentes apropiadas de alimento.
La mayoría de los niños de 6 y 7 años clasificaron el pollo, las vacas y los cerdos como no aceptables para comer. La excepción a esta tendencia fue el pescado, que dos tercios de los niños dijeron que era comestible.
Seguir una dieta basada en plantas contribuye a combatir el cambio climático. Los investigadores de la Universidad Furman consideran que las creencias de los niños sobre la comida pueden arrojar luz sobre la relación entre los comportamientos alimentarios y el cambio climático.
La producción de alimentos de origen animal tiende a generar mayores emisiones de gases de efecto invernadero que la producción de alimentos de origen vegetal, particularmente la carne de res, el cordero y la cabra.
Hacer solo una libra (454 gramos) de cordero genera cinco veces más gases de efecto invernadero que hacer una libra de pollo y alrededor de 30 veces más que hacer una libra de lentejas, según comparte la Escuela de Salud Pública de Harvard.
La investigación rebela que los niños pueden ser agentes de cambio en la crisis climática, pero requieren de los conocimientos y ser involucrados.
El activismo de los menores puede comenzar en casa. “Además de reducir sus propias huellas de carbono, las conductas alimentarias basadas en principios de los niños también pueden influir en las de sus padres” señala el reporte del estudio publicado en la Revista de Psicología Ambiental.
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