La tierna historia de Pickles, el perrito que rescató la Copa del Mundo en Inglaterra 1966
En la Copa del Mundo de 1966, robaron el trofeo Jules Rimet. Pero gracias al perro Pickles la encontraron y fue el héroe del Mundial de Inglaterra
¿Se puede perder y ganar una Copa Mundial de la FIFA en el mismo año? La respuesta es sí.
Le pasó a Inglaterra en 1966, cuando era la nación anfitriona del Mundial.
A solo unos meses de que se disputaran los partidos, alguien robó el trofeo y exigió un rescate. Los organizadores del torneo estaban tan desesperados que, en secreto, pidieron al platero George Bird que hiciera una réplica.
Cuando en julio de 1966 Inglaterra goleó 4 a 2 a la selección de Alemania Federal, se convirtió en la campeona del mundo. Por suerte, ese día quedó para la posteridad la imagen icónica del capitán inglés Bobby Moore levantando la copa. La verdadera.
El robo
Hasta 1970, la copa del Mundial de Fútbol que se entregaba al ganador era el trofeo Jules Rimet, de plata esterlina, enchapada en oro, una base azul de malaquita y un peso de casi 4 kilos.
Representaba a Niké, la diosa griega de la victoria, y su nombre honraba al presidente francés de la FIFA que colaboró para crear el encuentro deportivo.
En marzo de 1966 la escultura se puso en exhibición en una muestra de sellos en el Westminster’s Central Hall, en el centro de Londres.
Se suponía que había dos guardias de seguridad junto a la vitrina de trofeos en todo momento durante el horario de apertura, pero el 20 de marzo no cumplieron con su deber. Ese mismo día, se llevó a cabo un servicio religioso en otra parte del edificio, llenándolo de gente.
Durante su circuito del mediodía, los guardias descubrieron que las puertas traseras del edificio habían sido forzadas, así como la vitrina. El trofeo ya no estaba.
El ladrón ignoró la colección de sellos, valorada en alrededor de 3 millones de libras esterlinas, y solo se llevó el trofeo, de 3.000 libras.
Tres días después, el entonces presidente de la Asociación de Fútbol, Joe Mears, recibió una nota de rescate firmada por alguien llamado Jackson exigiendo 15.000 libras.
Se acordó un encuentro al que acudió un oficial de policía de incógnito portando dinero falso. En el lugar acordado se encontró con Edward Bletchley, un ladrón de poca monta.
Bletchley fue arrestado, pero no tenía la copa e insitió en que él solo era un intermediario. Nunca se encontró a nadie más que tuviera relación con el crimen.
“Pepinilos” al rescate
Siete días después del robo, Pickles -“Pepinillos en español- alertó a su dueño, David Corbett, sobre un paquete envuelto en periódicos en un seto cerca de su casa en el sur de Londres. El perro había olfateado la Copa del Mundo abandonada.
Pickles se convirtió en una celebridad después de su descubrimiento y tanto el hombre como el perro fueron invitados a la comida de celebración después de que Inglaterra ganara el torneo en julio; incluso se le permitió comer del plato de su dueño.
A Pickles le otorgaron la medalla de la Liga Nacional de Defensa Canina y muchos premios.
También se convirtió en una estrella de la televisión cuando apareció en la película The Spy with a Cold Nose (“El espía con la nariz fría”) con Eric Sykes, actor, guionista y director de cine británico muy conocido en Reino Unido por papeles en comedias británicas en los años 50.
Lo invitaron a multitud de eventos a lo largo del mundo, pero en esa época la restricción sanitaria mandaba que los perros debían guardar una cuarentena de 6 meses después de viajar, así que su dueño declinó todas las ofertas.
Pickles murió al año siguiente, pero tal fue su legado que su collar está en exhibición en el Museo Nacional del Fútbol.
Esta no fue la última vez que robaron la Copa del Mundo
En 1970, el trofeo fue regalado a Brasil a perpetuidad después de ganar el torneo por tercera vez y se diseñó uno nuevo para futuras Copas del Mundo, el que actualmente se entrega, hecho de oro de 18 quilates y que representa a dos figuras humanas sosteniendo la Tierra.
La copa Jules Rimet original, la misma que Pickles rescató, fue robada de nuevo del edificio de la Confederación Brasileña de Fútbol en 1983. No se ha visto desde entonces.
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