Opinión: Fernando Gago, ¿es en verdad el villano de Chivas?

En los momentos en que el director técnico Fernando Gago es considerado como el enemigo público número uno de la afición de las Chivas del Guadalajara, sería prudente analizar todo el entorno de su salida del popular equipo rojiblanco.

Porque para muchos la decisión de Gago de abandonar el proyecto del “Rebaño Sagrado” ha sido calificada como un pecado capital y prácticamente pusieron su cabeza en el cadalso deportivo. La realidad es que en esto de la oferta y la demanda cada una de las partes vio por sus prioridades y así movieron sus piezas.

Si bien es cierto que para Gago el irse por la puerta de atrás -después de asegurar el sábado pasado que iba a cumplir su contrato con el Guadalajara en declaraciones para la cadena Telemundo- significó que su imagen y credibilidad quedó por los suelos, también habría que establecer que tuvo sus razones para irse del Guadalajara, por más que no le gusten a los aficionados de las Chivas.

Sobre todo porque versiones dignas de todo crédito aseguran que dentro de las cláusulas del contrato con las Chivas se establecía que una de las condiciones para la renovación de su acuerdo contractual con el cuadro tapatío era por lo menos llegar a la gran final del torneo Apertura 2024 de la Liga MX.

Por esa razón, cuando sondeó a través de su representante Diego Merino la oferta del Boca Juniors presentada por su amigo Juan Roman Riquelme y al ver que las condiciones para alargar su estadía en las Chivas dependían de muchos factores, Gago no dudó en tomar el ofrecimiento de dirigir al legendario club y regresar a su natal Argentina.

Mucha gente podrá acusar a Gago de mercenario, de pesetero y de informal por no respetar un acuerdo.¿Pero cuántas veces no hemos visto que las directivas de los equipos tampoco tienen palabra de honor a la hora de rescindir los contratos de técnicos y jugadores?

Por esa razón, Gago hizo lo que creyó correcto y su único error -y quizá el más grave- fue no ser claro en sus conceptos y aceptar abiertamente que había una oferta del Boca Juniors. Eso habría puesto a la directiva de Chivas en una posición incómoda, sobre todo porque Gago buscaba seguir en la organización del Guadalajara, pero las posiciones contractuales no le otorgaron la seguridad para su futuro, ni el de su familia.

Los errores de Chivas

Más allá del asunto de Fernando Gago, la forma de conducirse de la directiva de Chivas a cargo del empresario Amaury Vergara no ha sido un ejemplo de eficiencia. Desde las indisciplinas de jugadores como Uriel Antuna, Alexis Vega, Christian Calderón y recientemente Roberto “Piojo” Alvarado, hasta la indiferencia para solucionar problemas contractuales, han colocado a la gente de pantalón largo de los tapatíos en el ojo del huracán.

Las mismas versiones extraoficiales, pero dignas de todo crédito, aseguran que en la toma de decisiones de Chivas influyen múltiples factores, desde el entorno familiar hasta de los mismos asesores del empresario, que complicaron la continuidad de Fernando Hierro, quien también quedó exhibido como informal por aceptar la oferta del fútbol árabe.

Meses después, otro asunto de esta índole ha colocado a Chivas en la picota y obviamente genera muchas suspicacias si en verdad Fernando Gago es el verdadero villano de esta novela generada por la directiva de Chivas.

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