El herbicida glifosato puede dañar permanentemente el cerebro

La exposición breve al glifosato, herbicida común, puede causar daños duraderos en el cerebro, contribuyendo a la neuroinflamación

El herbicida glifosato puede dañar permanentemente el cerebro

Personas expuestas a esta sustancia a través del contacto o la inhalación están en riesgo de sufrir efectos negativos. Crédito: wertinio | Shutterstock

En un innovador estudio realizado por investigadores de la Universidad Estatal de Arizona y el Instituto de Investigación Genómica Traslacional (TGen), se ha demostrado que incluso una exposición breve al herbicida glifosato puede tener efectos devastadores y duraderos en el cerebro, especialmente en lo que respecta a enfermedades neurodegenerativas.

Este descubrimiento abre un nuevo panorama sobre la vulnerabilidad del cerebro humano a este químico ampliamente utilizado, sugiriendo que los daños podrían persistir mucho después de que la exposición haya cesado.

El glifosato es uno de los herbicidas más utilizados a nivel mundial, especialmente en la agricultura. Aunque es conocido por su efectividad en el control de malezas, la investigación liderada por Ramón Velazquez, investigador de la Universidad Estatal de Arizona, revela que su impacto va mucho más allá de las plantas.

En un experimento con ratones, se observó que la exposición a este compuesto provocó una inflamación cerebral significativa, asociada con trastornos neurodegenerativos como la enfermedad de Alzheimer.

Los efectos negativos no solo se manifestaron durante la exposición, sino que persiguieron a los animales incluso después de un período de recuperación de seis meses, durante el cual se interrumpió la exposición al glifosato.

Esto sugiere que los daños provocados por el herbicida pueden ser mucho más persistentes de lo que se pensaba, con implicaciones importantes para la salud humana.

Desarrollo de enfermedades neurodegenerativas

A lo largo de las investigaciones, se identificaron varios efectos secundarios graves en los ratones, como la muerte prematura, comportamientos similares a la ansiedad, y un aumento en la inflamación cerebral, un factor clave en el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas.

Además, se descubrió que el glifosato y su principal metabolito, el ácido aminometilfosfónico, se acumulaban en el tejido cerebral, lo que planteó serias preocupaciones sobre la seguridad de este herbicida para los humanos.

El estudio de Velazquez se basa en investigaciones anteriores que ya habían demostrado la capacidad del glifosato para atravesar la barrera hematoencefálica, una capa protectora que normalmente impide que sustancias tóxicas lleguen al cerebro. Sin embargo, el glifosato parece alterar esta barrera y provocar daños significativos en las células cerebrales, lo que podría acelerar la aparición de enfermedades como el Alzheimer.

A pesar de que la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de EE.UU. considera que el glifosato es seguro para la exposición humana en ciertos niveles, este estudio cuestiona la validez de esas afirmaciones.

Mientras que la EPA sostiene que el químico se absorbe mínimamente y se excreta sin cambios, la investigación muestra que el glifosato, una vez ingresado al cuerpo, no solo persiste, sino que se acumula en el cerebro, lo que podría tener efectos nocivos a largo plazo.

Los investigadores advierten que es necesario revisar los umbrales de seguridad existentes, dado que los niveles bajos de exposición, incluso aquellos considerados aceptables, pueden tener consecuencias graves.

Otro aspecto relevante es la presencia de glifosato en la cadena alimentaria

La sustancia química es ampliamente utilizada en la agricultura, especialmente en cultivos como maíz, soja y trigo, y su presencia en los alimentos que consumimos podría representar un riesgo de salud.

Según los Centros para la Investigación de Enfermedades, trabajadores agrícolas y otras personas expuestas a esta sustancia a través del contacto o la inhalación están en riesgo de sufrir efectos negativos en su salud cerebral. Sin embargo, la nueva evidencia sugiere que incluso las pequeñas cantidades de glifosato presentes en los alimentos podrían tener un impacto negativo duradero.

Los hallazgos de este estudio no solo afectan a las personas expuestas directamente al glifosato, como los trabajadores agrícolas, sino también a toda la población en general, que podría estar en riesgo debido a la contaminación ambiental del herbicida.

Los investigadores han hecho un llamado urgente a la comunidad científica y a los responsables de la política pública para que se realicen más estudios sobre los efectos a largo plazo del glifosato y otros productos químicos utilizados en la agricultura.

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