Su negocio de bolsas de cadáveres está por las nubes por el COVID, pero este empresario desearía que fuera distinto
Abdul Salam, con 29 años de experiencia en el sector, ofrece otra perspectiva de la pandemia
Una bolsa para cadáver cuesta entre $5 y $42.50 dólares en Salam International, una empresa que ha ganado prominencia en el sur de California durante los pasados meses debido a la pandemia del COVID-19.
No suena a mucho, pero cuando las ventas de las llamadas “body bags” se multiplican tanto como en estos catastróficos tiempos del coronavirus, entonces se trata de un negocio súper exitoso e importante.
El fundador y dueño de la empresa basada en Laguna Hills, Abdul Salam, no se ha dado abasto, pero el hombre originario de Pakistán no está en plan de celebración por su éxito empresarial tras 29 años en el sector. Su enfoque es cumplir con la alta demanda que hay por sus productos y esperar a que la grave situación, sobre todo en Estados Unidos, mejore.
“Hay pérdida de vidas y a nadie le gusta eso. No me gusta a mí, estoy seguro que a nadie le gusta”, dice Salam en entrevista telefónica. “Desde esa perspectiva no es una cosa buena. Es una situación desafortunada”.
Bolsas para cadáveres: del 9-11 al coronavirus
Salam, de 67 años, empezó su negocio en 1992 en el Condado Orange cuando alguien le dijo que existía buen mercado para las sierras de autopsia. Poco a poco fue aumentando su inventario, creciendo su empresa, firmando algunos contratos y entonces ocurrieron los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.
El 9-11 le trajo a Salam International un negocio sin precedentes por un contrato que logró con la ciudad de Nueva York, con tanta demanda que la empresa se expandió a Nueva Jersey para poder surtir cada día.
“La primera reacción fue que había una amenaza mayor de pérdida de vidas. Aunque murieron muchas personas, afortunadamente no fueron tantas como ellos esperaban”, cuenta Salam, quien asegura que el 9-11 fue la peor desgracia reflejada en negocio para él. La pandemia ha sido la más larga.
“Esta parece que no se va a acabar nunca”, comenta con preocupación.
Salam no sabe si su compañía es la más grande de su tipo en California, pero dice que pueden producir lo que se les pida. En una entrevista previa con Los Angeles Times reveló que tiene un inventario de 15,000 bolsas para cadáveres y que están trabajando en otras 150,000. El negocio tristemente seguirá siendo muy grande en 2021.
“En 2020 nuestros estantes se vaciaron más rápido que nunca. En un punto no teníamos nada más por vender”, agrega el empresario, un hombre que ante todo guarda enorme respeto por la gente que se ve obligada a utilizar su mercancía, incluyendo clientes minoritarios que llegan a su negocio a comprar una sola bolsa. Salam las ofrece en 16 distintos modelos.
Salam recomienda a la gente hacer caso de las órdenes
Además de las bolsas, Salam International vende todo lo relacionado con servicios mortuorios. El catálogo digital es de 337 páginas. Las cajas de almacenamiento de cadáveres (storage) han sido el segundo producto de mayor demanda en la pandemia y él dice que existe escasez en el Condado de Los Ángeles, donde se estima que en promedio muere una persona por COVID-19 cada 8 minutos.
Ante el alarmante panorama que se vive en el país y concretamente en el sur de California, el señor Salam tiene este mensaje para la gente: “Hagan caso a las órdenes… Yo no quiero que alguien contagiado se me acerque y me pase el virus”.
Y es que él, que viaja mucho, dice que por ejemplo en Tailandia -donde fabrican parte de su mercancía- el otro día se reportaron solo 67 personas muertas, pero que en Estados Unidos es donde más personas no están siguiendo las medidas.
“Aquí muchos no escuchan, o la mayoría no escucha. Sé que en mi oficina nosotros practicamos las medidas. No nos reunimos de cerca con nadie. Tenemos que hacerlo, tenemos que cuidarnos”.
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