Obesidad intensifica los efectos nocivos del alcohol sobre el hígado

El riesgo de enfermedad hepática es mayor en personas con sobrepeso u obesidad que en las personas con un rango de peso saludable y que consumen alcohol al mismo nivel

Cerveza

El excesivo consumo de alcohol puede dañar al hígado de manera permanente. Crédito: Magda Ehlers | Pexels

El consumo de alcohol puede tener múltiples efectos negativos en todo el cuerpo. Uno de ellos es el daño al hígado, puede provocar esteatosis o hígado graso, hepatitis alcohólica, fibrosis y cirrosis. De acuerdo a una nueva investigación, estos efectos en el hígado pueden intensificarse cuando la persona que bebe tiene sobrepeso u obesidad.

Si bien se reconoce que el exceso de alcohol es motivo para causar daños en el hígado, los resultados del estudio recién publicado en el la Revista Europea de Nutrición Clínica indican que aun cuando se trate de un consumo moderado, este puede ser peligroso en personas con obesidad en comparación con las personas que mantienen un peso saludable y que consumen alcohol al mismo nivel.

El sobrepeso u obesidad pueden amplificar los efectos dañinos del alcohol sobre la enfermedad hepática y la mortalidad.

Incluso para las personas que bebían dentro de las pautas de alcohol, los participantes clasificados como obesos tenían un 50 por ciento más de riesgo de enfermedad hepática en comparación con las personas que mantuvieron un peso saludable, según revelaron los investigadores del Centro Charles Perkins de la Universidad de Sydney (Australia).

El estudio examinó información de 465,437 personas de entre 40 y 69 años con datos médicos y de salud del Biobanco del Reino Unido durante un promedio de 10,5 años.

El hígado y el alcohol

El hígado es capaz de regenerarse por sí mismo, puede desarrollar nuevas células, pero el abuso del alcohol por un tiempo prolongado puede reducir su capacidad de regeneración y dañarlo de manera permanente.

La enfermedad hepática relacionada con el alcohol se refiere al daño hepático ocasionado por el consumo excesivo de alcohol. Generalmente no suele causar síntomas hasta que el hígado se ha dañado gravemente.

Las tres etapas de la enfermedad hepática son: enfermedad del hígado graso alcohólico, hepatitis alcohólica y cirrosis.

Cleveland Clinic comparte que el 90% de las personas que beben más de dos onzas de alcohol por día desarrollan hígado graso por alcohol, la etapa más temprana de enfermedad del hígado por el consumo de alcohol. Las siguientes etapas son la hepatitis alcohólica y la cirrosis.

La enfermedad del hígado graso alcohólico suele ser completamente reversible si el bebedor se abstiene por completo de beber alcohol. En cambio, la cirrosis es irreversible. Pero dejar de beber evita que haya más daños y aumentar la esperanza de vida.

El Servicio Nacional de Salud (NHS) de Reino Unido explica que la cirrosis es una etapa en la que el hígado tiene cicatrices significativas. Pero a pesar de ello es posible que no haya ningún síntoma obvio.

El NHS también señala que una persona que tiene cirrosis relacionada con el alcohol y no deja de beber tiene menos del 50% de posibilidades de vivir al menos 5 años más.

Estos no son los únicos daños que el alcohol puede ocasionar al hígado. El Instituto Nacional del Cáncer señala que el consumo excesivo de alcohol se asocia con un aumento de aproximadamente el doble de los riesgos de dos tipos de cáncer de hígado (carcinoma hepatocelular y colangiocarcinoma intrahepático).

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