Por qué debo limpiar los inyectores de mi auto regularmente
Como cualquiera de las piezas relacionadas con el motor, los inyectores de combustible necesitan de mantenimiento constante para garantizar el buen desempeño del auto
Como muchos de los sistemas del auto, el sistema de inyección necesita de mantenimiento periódico para poder rendir al máximo. Debido al uso constante, cada una de sus partes suele acumular suciedad que proviene del tanque de gasolina —que puede lavarse en casa, siguiendo algunos pasos sencillos— o del mismo entorno al cual está sometido el auto a diario. Esa suciedad, muchas veces, puede obstruir los inyectores, que son pequeñas válvulas que han sido diseñadas para alimentar el motor con el flujo de combustible adecuado. Pero los inyectores no operan por sí solos, necesitan de la Unidad de Control del Motor (ECU), un dispositivo electrónico que les ordena qué hacer y que, además, es responsable de varios sistemas asociados al motor, labor que lleva a cabo a través de sensores.
Existen varios problemas o síntomas en el auto que pueden indicar que los inyectores están fallando, pero la mayoría de ellos no se asocian con el reemplazo de estas piezas, sino con su simple limpieza. Como poseen una punta muy sensible y pequeña, que se encarga de atomizar o pulverizar la cantidad de combustible que pasa a través de ella, cualquier resto que se quede atascado puede disminuir su desempeño y hacer que el auto comience a presentar fallas evidentes:
1. Luz de Check Engine encendida en el tablero repentinamente.
2. Tirones cuando el auto está en plena marcha sin razón aparente.
3. Pérdida de potencia del motor durante la marcha.
4. Humo negro saliendo del sistema de escape del auto.
5. Ruidos extraños en el motor mientras está encendido, incluso a ralentí.
6. Fugas de combustible, muchas veces delatadas por el constante olor a gasolina.
7. Problemas al momento de encender el auto.
8. Problemas con las revoluciones del motor.
9. Apagado repentino del motor.
Según los expertos, lo más recomendable es programar una limpieza de inyectores cada 20 o 25 mil kilómetros para garantizar su buen funcionamiento, a pesar de que el auto no esté presentando ningún problema. Desarrollar este hábito es necesario porque, además de la suciedad que se acumula con el uso del auto, toda mezcla de gasolina, sin importar su grado de octanaje o su calidad, contiene residuos, como la arena, que no siempre se quedan en los filtros de combustible o en el fondo del tanque y que pueden obstruir la punta de los inyectores.
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