Salmonella en el pollo: pasos básicos para reducir el riesgo de enfermarse
Es común que te enteres de retiros masivos de pollo en el mercado y recomendaciones de autoridades para desechar la carne por asociaciones con Salmonella; te decimos qué cuidados seguir al preparar y comer pollo para evitar una intoxicación alimentaria
El pollo es la carne que más se come en los Estados Unidos, incluso con una continua creciente demanda en los restaurantes de comida rápida. El pollo es una carne nutritiva y puede ser una opción saludable dentro de la dieta, pero con frecuencia se puede contaminar con bacterias infecciosas, una de las más comunes es la Salmonella.
Es común que las autoridades sanitarias informen sobre retiros de pollo en el mercado asociadas con la Salmonella. Los CDC señalan que aproximadamente 1 de cada 25 paquetes de pollo en el supermercado están contaminados con Salmonella.
Consumir los alimentos contaminados con puede ocasionarte una infección como salmonelosis que en algunas personas puede resultar grave.
Cómo reducir el riesgo de enfermarse por Salmonella al manipular y consumir pollo
Al comprar el pollo colócalo en una bolsa desechable de plástico antes de ponerlo en el carrito de compras o en el refrigerador, con ello evitas que los jugos crudos tengan contacto con otros alimentos.
Lava bien tus manos con agua tibia y jabón durante 20 segundos antes y después de manipular el pollo.
No laves el pollo crudo. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades no recomiendan lavar la carne roja ni las aves de corral ya que los jugos se pueden propagar en la cocina y contaminar otros alimentos, utensilios y mesones con bacterias como la Salmonella.
Es muy importante que no coloques alimentos cocidos o productos frescos sobre una superficie en la que habías colocado pollo crudo; ya sea plato, tabla de cortar, recipiente o la encimera.
Lava las tablas de cortar, los utensilios, los platos y las encimeras con agua caliente y jabón después de preparar el pollo.
Cocina el pollo hasta que alcance la temperatura interna segura de 165 ° F. Usa un termómetro para alimentos limpio. Penetra bien en la carne con la precaución de que no salga por el otro lado y toque la bandeja. Para medir la temperatura exacta de un pollo entero debe introducirse el termómetro en el muslo.
El pollo crudo congelado para comidas en microondas debe manipularse como se haría con el pollo crudo fresco. Sigue puntualmente las instrucciones de cocción en el empaque.
Siempre que comas en un restaurante, solicita el pollo completamente cocido y si no te lo presentan de dicha forma, solicita que lo cocinen más.
Refrigera o congela el pollo sobrante dentro de las primeras 2 horas o dentro de 1 hora si la temperatura exterior es cálida, superior a 90 ° F. Las bacterias pueden multiplicarse rápidamente a temperatura ambiente o en la “Zona de peligro” entre 40 ° F y 140 ° F.
Salmonelosis
La infección por Salmonella se conoce como salmonelosis. Es más común en verano, cuando un clima cálido y los alimentos no refrigerados crean las condiciones ideales para que crezca la bacteria.
La Salmonella se puede encontrar en muchos alimentos, como carne de res, pollo, huevos, frutas, cerdo, brotes, verduras e incluso alimentos procesados.
Los síntomas de infección generalmente aparecen entre 6 horas y 6 días después de comer un alimento contaminado, aunque pueden demorarse más tiempo en aparecer. Estos síntomas incluyen diarrea, fiebre y calambres estomacales. La enfermedad suele durar de 4 a 7 días.
Algunas personas una mayor probabilidad de sufrir una infección por Salmonella más grave y llegar a requerir hospitalización. Entre las personas con más riesgo se encuentran los niños menores de 5 años, los adultos de 65 años o más y las personas con sistemas inmunitarios debilitados.
Te puede interesar: