Celebración de terror: Más de 20 personas murieron tras el colapso de un salón de bodas de Jerusalén

El día más feliz para muchos se convirtió en una fecha de terror cuando un salón de bodas ubicado en el último piso colapsó con 650 personas, las cuales fueron cayendo piso por piso.

La novia tuvo graves heridas, mientras el novio solo tuvo heridas menores.

La novia tuvo graves heridas, mientras el novio solo tuvo heridas menores. Crédito: OSWALDO RIVAS | AFP / Getty Images

Los equipos de rescate israelíes trabajaron durante la noche del 25 de mayo de 2001 para sacar a las personas atrapadas entre los escombros de un salón de bodas de cinco pisos en Jerusalén. 

Este salón se derrumbó durante una celebración a la que asistieron 650 personas.

En horas de la madrugada, la policía informó que al menos 25 personas habían muerto, pero dijo que no podía estimar cuánto más aumentaría el número de muertos, ya que temían que docenas de personas más pudieran estar aún enterradas en la mini-montaña de escombros.

Al menos 300 personas habían sido atendidas por lesiones sufridas en el desastre, que aparentemente fue causado por una falla estructural. Se habló de trabajos de construcción que se habían llevado a cabo recientemente en el edificio, incluidos informes de que se habían retirado pilares de soporte de uno o más de los pisos inferiores.

La novia estaba entre los gravemente heridos; el novio también fue hospitalizado con heridas leves.

Los participantes en la boda, que se llevó a cabo en el Versailles Hall en el último piso del edificio, dijeron que el piso simplemente se derrumbó bajo sus pies, arrojando una gran multitud de personas al piso de abajo, que también se derrumbó bajo el peso de los cuerpos y hormigón, y así sucesivamente hasta la planta baja

Durante dos horas después, un helicóptero sobrevoló el edificio de piedra destrozado, iluminando la escena mientras decenas de ambulancias transportaban a los heridos a hospitales de toda la ciudad y más allá. Los hospitales emitieron llamamientos para donaciones de sangre.

Más tarde, el escuadrón de rescate del ejército de Israel, que tiene años de experiencia trabajando en sitios de terremotos en Turquía, Kenia y otros lugares, se hizo cargo de la operación de rescate. Largas filas de hombres locales, posteriormente reemplazadas por rescatistas con cascos, se extendían desde la escena del desastre, pasando bloques de concreto, sillas de metal retorcidas y otros escombros de mano en mano, mientras los equipos de rescate retiraban los escombros para sacar a los sobrevivientes.

Filas de soldados y policías retuvieron no solo a los espectadores, sino también a los familiares histéricos que temían que sus seres queridos pudieran quedar atrapados.

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